Activar/Desactivar Leer Página
La Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina sostiene que el proyecto en debate puede ayudar a modernizar las relaciones laborales, reducir la litigiosidad y aliviar una estructura de costos que hoy pone en jaque a las pymes del sector.
La discusión en torno al proyecto de reforma laboral volvió a instalarse con fuerza en la agenda pública y, para el sector de las Estaciones de Servicio, representa un punto de inflexión largamente esperado. Desde la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina consideran que el actual marco normativo presenta una rigidez excesiva que, lejos de promover la creación de empleo, terminó convirtiéndose en uno de los principales obstáculos para el desarrollo del trabajo privado en el país.
Según la entidad, la falta de generación de empleo formal no es un fenómeno reciente ni atribuible a una sola administración, sino una constante que se arrastra desde hace años. En ese contexto, replantear las relaciones laborales aparece como una herramienta central para avanzar en la inclusión de un universo cada vez más amplio de trabajadores que hoy se desempeñan en la informalidad. “La mitad de la población económicamente activa trabaja en negro o en condiciones de vulnerabilidad. Eso es una muestra clara de que el sistema no funciona”, señalan desde FECRA.

Las Estaciones de Servicio, remarcan, constituyen un dador de empleo en blanco y de calidad, dentro de una actividad mayoritariamente formal. Sin embargo, la elevada presión de costos, los márgenes ajustados y la amenaza permanente de litigios laborales con sanciones económicas desproporcionadas colocan a muchas empresas —especialmente PyMEs— al borde de la inviabilidad. En ese sentido, la reforma apunta a modernizar el esquema vigente y a generar condiciones que desalienten los juicios laborales que, en numerosos casos, terminan empujando al cierre de empresas o desincentivando nuevas contrataciones.
Desde la mirada empresaria, el proyecto contiene aspectos valorados positivamente en términos generales, aunque advierten que el análisis definitivo dependerá del texto que finalmente se apruebe tras el paso por comisiones, ambas cámaras del Congreso y su posterior promulgación. A esto se suma un factor clave: la interpretación que haga la Justicia de las nuevas normas. “Un dato no menor es cómo los tribunales van a aplicar la ley. Si continúa la lógica actual o si, efectivamente, valida el nuevo marco”, sostienen.
Uno de los puntos que FECRA considera imprescindible corregir es el régimen de juicios laborales. La entidad entiende que las penalidades vigentes resultan prohibitivas y desproporcionadas, y afectan de manera directa la sustentabilidad de las empresas. Aunque la práctica cotidiana impone cambios inevitables en la organización del trabajo, muchas veces esas adaptaciones terminan derivando en demandas que obligan a cerrar establecimientos o a frenar cualquier intento de expansión. Para el sector, esta rigidez normativa es uno de los principales factores que explican la falta de empleo privado en la Argentina.
Si bien el proyecto ya se encuentra en tratamiento legislativo, desde la Federación aclaran que se trata de una reforma extensa que aún está siendo analizada en profundidad. En términos generales, el balance es positivo y se complementa con otra asignatura pendiente que consideran fundamental: una reforma fiscal integral. “Siempre con políticas que incentiven y respeten las inversiones y sus resultados”, subrayan.
En cuanto al impacto concreto sobre los costos laborales y la estructura operativa de las Estaciones de Servicio, la expectativa es que la reforma genere efectos beneficiosos no solo para los empresarios, sino también para los trabajadores y los usuarios. Un marco más previsible podría incentivar la incorporación de personal, mejorar la calidad del servicio y habilitar nuevos negocios que hoy no se desarrollan justamente por el temor a los costos y riesgos asociados a la contratación.

Respecto de las particularidades de una actividad que opera las 24 horas y con exigencias permanentes de seguridad, desde FECRA señalan que el sector ya cuenta con esquemas de trabajo por equipos y turnos rotativos, que permiten cubrir las necesidades operativas. Las mejoras y optimizaciones específicas, estiman, podrán abordarse en una etapa posterior, a partir de la implementación del nuevo marco normativo.
También se espera que la reforma tenga un impacto positivo en la negociación colectiva y en los convenios laborales vigentes, incorporando temas de interés para ambas partes que hasta ahora resultaban difíciles de abordar por las rigideces del sistema actual.
Finalmente, advierten que, aun cuando la reforma laboral avance, será indispensable acompañarla con cambios estructurales en materia impositiva. Las Estaciones de Servicio afrontan una carga creciente de impuestos, tasas y contribuciones que las ubican al límite de la rentabilidad, sin posibilidad de recuperar las importantes inversiones necesarias para operar con estándares de calidad y seguridad. “Con el paso del tiempo se fueron sumando costos extras que hoy hacen imposible alcanzar una rentabilidad razonable”, concluyen desde la entidad.
DEJANOS TU COMENTARIO!