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Referentes de Alpes Energy, Gasener y Victorio Podestá analizaron la situación del sector, la competitividad y la infraestructura energética, junto con las oportunidades que abre el crecimiento de Vaca Muerta para el sector vehicular.
Durante el Foro Nacional de GNC, tres actores clave del negocio de la comercialización de gas –Ignacio Albónico (Director General de Alpes Energy), Ignacio Barousse (Gerente de Nuevos Negocios de Gasener) y Diego Muñoz (Gerente Comercial de Victorio Podestá)- ofrecieron un análisis profundo sobre el presente y futuro del abastecimiento, la competitividad y las estrategias de contratación en un mercado que atraviesa transformaciones estructurales. Con diagnósticos coincidentes, destacaron que 2026 se perfila como un año de alta complejidad por la volatilidad de precios y las limitaciones persistentes del sistema de transporte, mientras que la expansión de Vaca Muerta abrirá oportunidades inéditas para fortalecer el suministro destinado al GNC.
Albónico comenzó describiendo los desafíos centrales para asegurar la continuidad del abastecimiento en períodos de alta demanda. Señaló que los cambios en las reglas del segmento de generación eléctrica habían impactado de lleno en la estructura de precios, desplazando las referencias históricas del mercado. Durante el último invierno, el spot superó los 10 dólares por millón de BTU, un nivel inusualmente alto para el mercado local, lo que obligó a las comercializadoras a sostener esquemas de compra con mayor respaldo financiero y contratos firmes para evitar descalces entre oferta y demanda. En ese contexto, recomendó a las Estaciones de Servicio evaluar con especial atención la solvencia y estructura contractual de sus proveedores.

Respecto del resto de la cadena de valor, advirtió que el transporte seguiría siendo un cuello de botella: la capacidad disponible no creció al ritmo de la producción, y la declinación natural de las cuencas del Norte y Austral agravó la dependencia de Neuquén. Con la misma infraestructura pero mayor concentración geográfica de la oferta, anticipó un escenario de tensiones recurrentes en los próximos inviernos, especialmente hasta que la ampliación de TGS prevista para 2027 estuviera completada.
Desde una perspectiva operativa, Diego Muñoz explicó cómo Victorio Podestá planifica sus volúmenes para minimizar riesgos de cortes. La empresa atiende alrededor de 80 estaciones de GNC distribuidas en varias cuencas y construyó, a lo largo de más de una década de trabajo en gas natural, un esquema de diversificación de proveedores que incluye productores grandes, medianos y pequeños. Esa estrategia permitió armar un portafolio flexible y calzar oferta y demanda en cada campaña de renovación contractual, un proceso que definió como intenso, crítico y al mismo tiempo dinámico.
La discusión sobre precios se convirtió en otro eje central del encuentro. Barousse resaltó que los valores para el GNC bajaron significativamente en los últimos años y que la relación al público se ubicaba, en promedio, en torno al 40 por ciento del precio de la nafta súper. En el AMBA, esa proporción descendió al 35 por ciento, lo que mantiene al GNC como la opción más competitiva entre los combustibles. Además, anticipó que la actualización de los impuestos a los combustibles líquidos, prevista en la Ley de Presupuesto, reducirá aún más esa brecha, llevando la relación hacia el 35 por ciento a nivel nacional. También mencionó la importancia de corregir el mix de cuencas en provincias como Córdoba y Santa Fe, donde las estaciones pagan un gas que en la práctica utilizan de manera marginal.
En cuanto a las herramientas de previsibilidad para las estaciones, Muñoz destacó el valor del servicio posventa y del acompañamiento constante. Explicó que la empresa invirtió en capacitación interna para responder con rapidez a consultas comerciales, administrativas u operativas, lo que fortalece la relación de largo plazo con los clientes y permite anticipar dificultades del sistema.
Ignacio Albónico sumó la visión de Alpes Energy, subrayando la importancia de trasladar reglas claras y flexibles a la demanda. En un mercado donde las comercializadoras manejan contratos complejos con productores de distintas cuencas, su rol consiste en convertir esas estructuras rígidas en acuerdos adaptados a la dinámica del GNC, con condiciones de firmeza y esquemas de indexación que brinden estabilidad. La referencia a los combustibles líquidos como indexador, implementada en los últimos años, demostró ser una herramienta útil para sostener la competitividad del GNC.
Desde el plano regulatorio, Muñoz señaló que la estabilidad de precios es un componente crítico para incentivar conversiones y garantizar demanda. Consideró adecuado el esquema de indexación con las naftas, ya que asegura que el GNC mantenga una ventaja comparativa constante, incluso en escenarios de fuertes oscilaciones estacionales.
Barousse retomó luego la importancia estratégica de Vaca Muerta. Con las obras ya ejecutadas -como el gasoducto Néstor Kirchner y la ampliación Mercedes–Cardales- y las que están en agenda, el país está en condiciones de sostener un crecimiento acelerado de la oferta por muchos años. Sin embargo, alertó que la convivencia entre una producción en expansión y un sistema de transporte limitado generará tensiones hasta tanto se completen los proyectos previstos para 2027. Aun así, sostuvo que el contexto presenta oportunidades para conseguir mejores condiciones contractuales en verano, aunque el invierno seguiría siendo el período de mayor riesgo.
En la parte final del debate, Barousse planteó una visión de futuro para el GNC. Afirmó que el país cuenta con todas las condiciones para triplicar la demanda actual y alcanzar los 15 millones de metros cúbicos por día en un plazo cercano a los cinco años. Ello implicaría sumar alrededor de 50.000 camiones pesados y entre 2 y 2,5 millones de vehículos livianos, niveles similares a los que Argentina había logrado en 2005. El impacto económico —tanto en competitividad como en reducción de importaciones— podría superar los 3.000 millones de dólares anuales.

Por su parte, Muñoz analizó las oportunidades que se abrían en la diversificación de servicios: biometano, GNL, energía eléctrica y asesoramiento operativo. Recordó que la experiencia adquirida desde 2021, cuando el sector debió comenzar a contratar su propio gas, había fortalecido la capacidad negociadora de las estaciones y anticipó que la desaparición del Plan Gas hacia 2028 obligará a todos los actores a migrar hacia contratos de mayor plazo y sofisticación. A su juicio, esa madurez creciente permitirá construir un mercado más sólido y preparado para afrontar los desafíos que se avecinan.
Con miradas complementarias, los tres especialistas coincidieron en que el GNC tiene por delante una oportunidad histórica. La producción récord, la competitividad de precios y la necesidad de reducir costos logísticos forman un escenario ideal para que el combustible vehicular recupere protagonismo. El desafío, concluyeron, está en consolidar reglas claras, mejorar la infraestructura y sostener la previsibilidad para que más usuarios y empresas apuesten nuevamente por el gas natural comprimido.
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