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“Los clientes planifican sus cargas en función del calendario favorable al bolsillo”, explicó el presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de Santiago del Estero y miembro de CECHA, Jorge Saad.
Cuando los clientes ven relucir en sus teléfonos la oferta de un reintegro o un descuento excepcional en combustible, se transforman en feligreses del surtidor. Los viernes, sábados y domingos se convierten en jornadas de fervor, con colas, movimiento y un aluvión de transacciones con “efecto posnet”. Pero la fiesta de esos días contrasta con las semanas llanas, las ventas magras y la factura final que muchas estaciones terminan pagando: un balance promedio que sigue sin alcanzar el punto de equilibrio.
Así lo analizó en diálogo con surtidores.com.ar Jorge Saad, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de Santiago del Estero y miembro de CECHA: “Sí, estalla el posnet cuando se activan los días de beneficios pero la recesión se siente con fuerza en los demás horarios. En el conteo final del mes, ese volumen concentrado no alcanza para compensar el resto”.

Al mismo tiempo el empresario advirtió que debido a los costos de comisiones y plazos de las tarjetas de crédito, son los dueños de Estaciones de Servicio quienes deben enfrentar el impacto financiero de cada una de estas operaciones, ya sea sosteniendo el atraso en el reintegro de los descuentos o bien, financiando en sus espaldas la demora en la acreditación.
Para comprender el fenómeno es útil partir de un caso vigente: el Banco Nación ofrece un 30 por ciento de reintegro en combustible, siempre que la carga se realice de viernes a domingo en estaciones adheridas y que el pago se haga mediante la app MODO BNA+ con tarjeta de crédito. El tope es de 15.000 pesos mensuales por cliente y el reintegro se acredita dentro de los 30 días posteriores a la compra. Esta promoción —y otras similares que replican bancos y petroleras— sirven como un imán. Los consumidores concentran sus cargas durante esos días, desplazando al resto de la semana funciones críticas para el flujo continuo del negocio.
Pero lo que sube un día puede hundir otro. La concentración de demanda pone en evidencia una caída acentuada en los días sin beneficios. “La gente está atenta al día con promociones. Hasta el viernes las estaciones quedan prácticamente desiertas”, describió Saad, y añadió que “el porcentaje de volumen sigue estando por debajo de los niveles de equilibrio para el estacionero”.
En la práctica, los ingresos se desmoronan durante la semana. Las cargas se posponen, los clientes esperan los días de descuento y las estaciones acumulan horas de inactividad. “El problema principal —explicó Saad— es que los consumidores no tienen poder adquisitivo, y la depresión económica, especialmente en las provincias, se hace sentir cada vez más”.

“Antes la gente venía cuando necesitaba; ahora consulta cuándo hay descuento. Y si no lo hay, espera”, señaló el directivo. Ese cambio de comportamiento genera un “efecto serrucho” en la facturación: subas abruptas en los días promocionales y caídas pronunciadas en el resto. Una dinámica que, según Saad, “no beneficia a nadie, porque ni el estacionero logra equilibrio ni el cliente gana previsibilidad”.
En ese contexto, consideró necesario que los bancos articulen políticas de incentivos más equilibradas: “Sería positivo que las promociones se distribuyan mejor a lo largo de la semana y no se concentren solo en los fines de semana. De esa manera, podríamos mantener un nivel de ventas más parejo y evitar que la estación tenga días muertos”, propuso Saad, quien además sostuvo que “los beneficios ayudan, pero si el poder adquisitivo sigue cayendo, ninguna promoción va a revertir la tendencia”.
El problema no son los bancos o entidades financieras . El verdadero problema, es el alto costo de los combustibles y la falta de poder adquisitivo. A esto se le debe agregar la presión impositiva. En pocas palabras, todo está mal en esta economía miserable Saludos Ricardo
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