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El sistema de “self service” en Estaciones de Servicio avanza lentamente en el país, impulsado por las grandes petroleras y observado de cerca por los expendedores. Aunque aún no representa un cambio masivo en los hábitos de los usuarios, cada nueva incorporación despierta interrogantes y expectativas sobre el futuro del sector.
Mientras en el mundo el autoservicio en combustibles es una práctica extendida, la Argentina empieza a dar sus primeros pasos. Los expendedores reconocen que se trata de una tendencia que podría consolidarse a mediano plazo, pero al mismo tiempo destacan que la realidad local todavía muestra una fuerte preferencia por la atención tradicional, con operarios que asisten al cliente y garantizan calidad de servicio.
En este marco de situación, la reciente instalación de un nuevo surtidor de autoservicio en una estación YPF de Rosario elevó a siete la cantidad de puntos habilitados por la Secretaría de Energía en todo el país (click para ver el listado oficial). Estos equipos, presentes en Capital Federal, Mendoza y Santa Fe, responden a una apuesta empresarial que busca explorar la aceptación de los consumidores argentinos frente a un modelo más rápido, directo y sin intermediarios.

Sin embargo, desde la Federación de Expendedores del Interior del País, su presidente Alberto Boz, planteó cautela. En diálogo con surtidores.com.ar, señaló que todavía no existen estadísticas propias ni un registro concreto del nivel de uso: “los pocos autoservicios que hay están en manos de petroleras, con lo cual carecemos de datos precisos en nuestras cámaras. No hay una transferencia masiva de clientes al autodespacho y tampoco existe un diferencial de precio que lo impulse”.
En notas anteriores, dirigentes de cámaras empresarias del sector ya habían subrayado que la clave del negocio en la Argentina sigue siendo la atención personalizada, un rasgo cultural difícil de sustituir. Según remarcaron, la mayoría de los automovilistas valora el vínculo humano con el playero, tanto por la confianza como por la seguridad que implica cargar combustible asistido.
A su vez, referentes sindicales recordaron que la experiencia internacional muestra que el autoservicio puede convivir con la atención tradicional, pero no necesariamente la reemplaza. “No hay indicios de que en Argentina eso implique despidos. Por el contrario, cada vez que se incorporan nuevas modalidades, se generan también nuevas responsabilidades de control y asistencia al cliente”, advirtieron.

Otro punto central es el empleo. Boz subrayó que la llegada del autoservicio no derivó en recortes de personal en ninguna de las estaciones que lo adoptaron. Por el contrario, sigue siendo un servicio complementario para un público específico que prefiere la rapidez o la autonomía, sin reemplazar el rol de los trabajadores del sector.
En palabras del dirigente, “todavía la conveniencia económica no se está viendo. Nadie lo hace para ahorrar costos, sino para captar a un rango distinto de potencial cliente que prefiere autodespacharse. Entendemos que el mundo se maneja de esa manera y puede que en el futuro Argentina también, pero por ahora el autoservicio no significa una amenaza ni para la atención ni para el empleo en nuestras estaciones”.
El autoabastecimiento de combustible para el usuario debe ser visto con cautela debido a los riesgos de incendio y explosión, requiriendo capacitación rigurosa y cumplimiento estricto de las normas de seguridad. En este orde de ideas, que conductor está realmente capacitado para manejar el extintor que por ley de tránsito está obligado a llevarlo? Qué conductor sabe de los riesgos en una estación de servicio? Lo único que faltaría el autoabastecimiento en las estaciones de expendio de GNC. Aaaahhhhhh, pero las normas de seguridad en las estaciones por parte del estaciero hay que cumplirla a raja tabla, indepnedientemente del sericio de higiene y seguridad.
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