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La modernización de los sanitarios con tecnologías sin contacto, sensores protegidos y ahorro de recursos, se posiciona como un factor decisivo para aumentar el flujo de personas y optimizar costos.
La automatización de sanitarios se consolida como una de las inversiones con mayor impacto directo en la experiencia del cliente y la eficiencia operativa de las Estaciones de Servicio. El foco ya no pasa solo por el precio del combustible, sino por servicios que generan paradas y fidelización, con el sanitario en el centro de esa decisión.
Según la responsable comercial de Domus Robótica Sanitaria, Wanda Nadal, muchas bocas que ya eligieron esta tecnología están replicando el modelo en nuevas estaciones o en sus planes de reformas, evidenciando una curva de adopción en ascenso.

Asimismo, en diálogo con surtidores.com.ar, indicó que los operadores aún “se tienen que animar a confiar en estos equipos” y enfatizó que las estaciones ruteras ven un incremento del flujo de clientes cuando priorizan sanitarios automatizados.
La propuesta tecnológica se apoya en tres ejes: automatización sin contacto, sustentabilidad y diseño antivandálico:
Primero, la operación “sin tocar” reduce fallas y costos de mantenimiento. Segundo, el ahorro de agua y energía contribuye a mejorar la estructura de costos en un contexto de márgenes ajustados. Y tercero, el posicionamiento de sensores en el techo, fuera del alcance del usuario, mitiga roturas y prolonga la vida útil de los equipos.
Esa arquitectura disminuye el riesgo de manipulación indebida y se integra con lógicas de control que favorecen la continuidad operativa, clave en puntos de alto tránsito.
Otro dato relevante es la tracción de la agenda ambiental en el negocio. La proyección comercial de la compañía para el ciclo 2025-2026 se apoya en la conciencia del cuidado del medio ambiente, que está impulsando a los operadores a modernizar sanitarios como parte de su estrategia de sustentabilidad.
Desde la perspectiva del estacionero, el retorno se explica por dos vías. Por un lado, más visitas y mayor permanencia en sitio gracias a baños limpios, confiables y sin contacto, lo que arrastra ventas de tienda y servicios complementarios.
Por otro, eficiencia de costos: menos reposiciones por roturas, menor consumo de agua y energía, y reducción de horas de mantenimiento correctivo.
La escala multipunto acelera esa ecuación. Cuando un grupo operador estandariza especificaciones de sanitarios en toda su red, captura economías de aprendizaje en instalación, mantenimiento y stock de repuestos, además de homogeneizar la experiencia frente al cliente.
Desde el punto de vista de sustentabilidad, la automatización permite gestionar consumos, habilitando curvas de uso y alarmas para detectar anomalías (pérdidas, consumos fuera de rango) y ajustar setpoints de caudal, tiempos de descarga y políticas de limpieza por ocupación real. Esa granularidad de datos es cada vez más valorada para auditorías, cumplimiento normativo y reportes ESG.
El cambio cultural también juega: la demanda de higiene sin contacto se instaló como estándar para usuarios exigentes. Las bocas de alto tráfico y las ruteras son las primeras en capitalizar el diferencial, pero el modelo se expande a áreas urbanas donde compiten por conveniencia y experiencia de visita.
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