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Expertos señalan que un replanteo del régimen podría reducir costos operativos y abrir margen para mejoras en los precios de los combustibles, aunque no implique una baja inmediata.
Las Estaciones de Servicio enfrentan un escenario fiscal que impacta directamente en su flujo de caja: el SIRCREB (Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias), implementado por la Comisión Arbitral del Convenio Multilateral, funciona como un régimen de retención automática del Impuesto sobre los Ingresos Brutos sobre todas las acreditaciones bancarias de los contribuyentes.
Si bien su objetivo inicial fue simplificar la recaudación y armonizar criterios entre jurisdicciones, en la práctica se traduce en un “empréstito forzoso” para muchas estaciones, que deben esperar meses o incluso años para recuperar saldos a favor generados por retenciones excesivas.

Juan Manuel Brígido, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de La Rioja, advirtió acerca de los efectos distorsivos de los regímenes simplificados: “Eso es retenciones bastante perjudiciales porque muchas veces no aplican a la realidad de cada negocio. En nuestro caso, por ejemplo, nos aplicaba en SIRCREB una retención del tres y medio por ciento directo sobre la venta, y nosotros somos comisionistas. Entonces, tenemos que pagar impuestos sobre nuestra ganancia, que son las comisiones”.
Brígido explicó que el problema es estructural: “La esencia del impuesto a los Ingresos Brutos es totalmente distorsiva, porque no se puede cobrar sobre lo que se factura. Hay bienes que se venden con márgenes bajos y otros con 30 o 40 por ciento. Cobrar sobre la facturación no refleja la utilidad real. Además, la aplicación de estos regímenes simplificados es muy compleja y muchas veces genera retenciones excesivas, como si el Estado estuviera expropiando, por decirlo de alguna forma, la ganancia del contribuyente”.
Por su parte, el tributarista Diego Fraga, sostuvo en diálogo con surtidores.com.ar: “Hoy las Estaciones de Servicio sufren una presión muy fuerte del SIRCREB, que funciona como una retención automática de Ingresos Brutos sobre todas las acreditaciones bancarias. Esto les genera un costo financiero significativo, porque muchas veces se les retiene de más y tienen que esperar meses o años para recuperar esos saldos a favor”.
Fraga agregó que un replanteo del sistema —ya sea mediante la reducción de alícuotas o eliminando la aplicación automática— podría aliviar la situación. “No significa una baja inmediata en el surtidor, porque los precios dependen de la política energética y los costos internacionales del petróleo, pero sí implicaría una mejora en la ecuación de las estaciones, que podrían contar con más margen operativo”, analizó.
El SIRCREB asigna los montos recaudados a cada jurisdicción mediante coeficientes, sin considerar siempre el origen de los fondos ni si corresponden al hecho imponible real. Esto genera situaciones donde las estaciones tributan de más, acumulando saldos a favor difíciles de recuperar.
La justicia ya se ha expedido en varios casos, otorgando medidas cautelares ante la desproporcionalidad de las retenciones y la falta de actos administrativos fundados. La Cámara Contencioso Administrativo Federal destacó que este sistema puede violar derechos constitucionales y afectar la operatividad de las empresas, incluyendo Estaciones de Servicio, al imponer cargas económicas irrazonables y prolongadas.
Para el especialista, la solución no pasa por eliminar el SIRCREB sino por reformarlo: “Un ajuste que permita asignar correctamente las retenciones, otorgue certificados de exclusión ágiles y contemple acreditaciones no alcanzadas por el impuesto aliviaría la presión fiscal sin comprometer la recaudación”.
Si estos cambios se implementaran, las Estaciones de Servicio podrían enfrentar un escenario más competitivo y sostenible. “El alivio financiero podría trasladarse parcialmente a los precios o, al menos, mejorar su sustentabilidad”, concluyó Fraga.
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