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En un escenario de transformación constante en el sector energético y comercial, las Estaciones de Servicio comienzan a ocupar un rol que trasciende ampliamente la simple carga de combustibles, en base al potencial del rubro para sumar ingresos a través de alianzas estratégicas.
Mientras el futuro de los combustibles avanza hacia una mayor electrificación y digitalización, el modelo de Estaciones de Servicio como plataformas comerciales integradas cobra fuerza y se perfila como una evolución lógica del negocio. Las franquicias, en ese sentido, parecen ser el puente ideal entre los estacioneros tradicionales y las nuevas demandas del consumidor.
De a poco, estos espacios se convierten en verdaderos centros multipropósito que combinan minimercados, cafeterías, lavaderos, servicios logísticos y propuestas gastronómicas, todo en un solo lugar.
En ese marco, Roberto Russo, titular de la Guía Argentina de Franquicias, consultado por surtidores.com.ar, planteó con claridad que “aquellas Estaciones de Servicio que tienen lugar para explotar locales comerciales tienen una buena alternativa para aumentar sus ingresos. Todo depende del flujo de personas, pero hay potencial para alquilar o asociarse con firmas franquiciantes”.

El planteo no es menor. En momentos en que el negocio tradicional del combustible atraviesa etapas de rentabilidad acotada, la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso se vuelve una necesidad. En ese sentido, el modelo de franquicias aparece como una salida natural para aprovechar espacios ociosos dentro de las estaciones, sumando propuestas comerciales ya consolidadas.
“El local puede ser alquilado directamente a una franquicia de cafetería si es que la estación no cuenta con una propia, o incluso a un lavadero o alguna cadena de comida rápida. Son rubros que pueden funcionar muy bien si el punto de venta tiene movimiento y buena visibilidad”, aseguró el especialista.
Russo sostuvo que la clave está en dos factores centrales: ubicación y flujo de clientes. No todas las estaciones están en condiciones de sumar servicios de alto impacto, pero aquellas que están en rutas, autopistas, avenidas o zonas de alto tránsito urbano tienen una oportunidad concreta de reconvertirse en hubs de servicios.
Además, comentó que la escasez de locales comerciales disponibles en zonas estratégicas podría transformarse en una ventaja para los estacioneros, al ofrecer sus espacios a firmas que buscan instalarse rápidamente en puntos de alto tránsito.
“El estacionero puede optar por alquilar el espacio y cobrar un canon mensual, o por explotar directamente una franquicia con personal propio, dependiendo de su estructura y posibilidades. En ambos casos, se trata de una forma eficiente de aprovechar el espacio físico que antes estaba subutilizado”, señaló Russo.
El fenómeno no es nuevo en el mundo, pero comienza a consolidarse en el país como tendencia. Cadenas como Starbucks, McDonald’s o Dean & Dennys ya han demostrado que el binomio Estación de Servicio–franquicia puede ser un éxito asegurado, siempre que la propuesta esté bien adaptada al público y al contexto local.
“Es una buena alternativa para quien tiene el espacio. Hay que analizar caso por caso, pero sin duda es un camino a explorar”, concluyó Russo, que ponderó la hoja de ruta para un sector que ya no solo vende combustible: ofrece experiencias, servicios y, cada vez más oportunidades de negocio.
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