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El reciente aumento de los combustibles a principios de este mes tuvo una brecha negativa respecto del índice oficial de inflación, un fenómeno que ha modificado nuevamente el comportamiento de los clientes en las playas de carga.
Los valores en las pizarras de las naftas y el gasoil vienen rezagados respecto del porcentaje del que el INDEC publica cada mes para evaluar la marcha de los costos de los productos de primera necesidad.
En este contexto, el comportamiento de los automovilistas se reconfiguró de acuerdo con nuevas lógicas de ahorro, generando así un impacto directo en los hábitos de los compradores
Según la analista en consumo Carolina Suárez, este cambio de tendencia se debe a que el combustible ha perdido su carácter de “bien especulativo“, lo que llevó a una nueva decisión masiva de quienes abastecen los tanques de sus vehículo.
“Como el Gobierno calculó la inflación, tomando el índice anterior, la suba de los hidrocarburos a pico de surtidor terminó quedando por debajo. Este mes estuvo levemente por encima del anterior, pero todavía no se rompió ese techo del 2 por ciento”, detalló en diálogo con surtidores.com.ar. Agregó que con impuestos incluidos, el último incremento llegó a 1,9 por ciento, lo que dejó a este segmento perdiendo frente al índice general de precios.
De acuerdo con el análisis de Suárez, “hace un tiempo, cada vez que se anunciaba un aumento, la gente hacía filas antes de la medianoche para adelantarse y ganarle a la suba. Hoy, eso ya no sucede. No se ven colas ni faltantes previos a un cambio de precios, lo que indica una nueva postura de consumo”.
“Lo que ocurre ahora es otra cosa: en lugar de apurarse a cargar antes del aumento, los consumidores buscan el día de mayor descuento con tarjetas, billeteras virtuales o promociones bancarias. Se trata de una optimización del gasto más planificada“, señaló Suárez.
Esta nueva dinámica de consumo también se refleja en los datos de ventas del mes anterior, donde el combustible premium superó a la versión súper. “Es una señal clara de que quienes pueden permitirse elegir, prefieren ahorrar en otro aspecto antes que resignar calidad“, concluyó la especialista.
A pesar de las fluctuaciones en los precios, el combustible sigue siendo un bien costoso para la mayoría de los argentinos, pero la forma de administrarlo ha cambiado. “La estrategia ya no está en adelantarse a la suba, sino en aprovechar las oportunidades que brinda el sistema financiero para amortiguar su impacto en la economía diaria”, sentenció Suárez.
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