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Un café bien preparado puede marcar la diferencia en la experiencia del cliente. Desde la elección del grano hasta la presentación final, cada detalle influye en la percepción de calidad. Expertos explican cuáles son los puntos esenciales para garantizar un servicio óptimo en las tiendas de conveniencia.
“El punto de partida para un buen café es la calidad de la materia prima. No se puede hacer magia con un grano que no tiene buenos atributos”, explica Andy Carletta, líder tostador de ES Tostadores.
En diálogo con surtidores.com.ar, el especialista destaca que la evolución del concepto de café ha llevado a que, hoy en día, la excelencia se relacione con la complejidad sensorial del producto: ya no se busca solo intensidad o amargor; los consumidores aprecian sabores más complejos con notas frutales, florales y un equilibrio en la acidez.
El tiempo, las redes sociales, el acceso a nuevos conocimientos, han marcado que el café ya no es simplemente una bebida estimulante, sino una experiencia completa que se busca vivir.
En ese contexto, las Estaciones de Servicio han adaptado su oferta a un público cada vez más exigente, incorporando equipos de mayor calidad, capacitaciones para su personal y nuevos estándares de servicio.
Sin embargo, ofrecer un buen café no se trata solo de contar con una máquina moderna o con granos de alta gama, sino de comprender y aplicar una serie de principios básicos que garantizan una taza bien preparada.

LA MATERIA PRIMA COMO BASE DEL ÉXITO
El primer factor determinante en la calidad del café es el grano. Para el referente de ES Tostadores, la materia prima es el pilar sobre el que se construye toda la experiencia sensorial de la bebida.
“Si el café no es bueno desde el origen, no hay técnica que pueda corregirlo”, advierte. Esto significa que el barista o el encargado de la tienda debe conocer qué tipo de café está ofreciendo, su procedencia y sus características de sabor.
El café de especialidad, que se distingue por su trazabilidad y calidad superior, es cada vez más valorado por los consumidores. Su valor principal es conocer hasta el nombre de la persona que cultiva el grano del café que se sirve.
Este detalle no solo aporta transparencia, sino que también contribuye a mejorar la experiencia del consumidor, quien se interesa cada vez más por el origen de los productos que consume y esa conversación puede ser un valor agregado durante la atención.
EQUIPOS EN ÓPTIMAS CONDICIONES DE HIGIENE Y CALIBRACIÓN
Un café bien servido no depende solo del grano, sino también de la máquina y de los utensilios utilizados en la preparación.
Tal como afirma Carletta, la calibración del equipo debe realizarse hasta dos veces por día, en caso de tener una alta rotación, ya que pequeñas variaciones pueden alterar el resultado final. En este sentido, describe: “El café contiene aceites que, si no se eliminan correctamente, se adhieren a las superficies y generan sabores amargos”.
Además, la limpieza es un aspecto clave que muchas veces se subestima. Un error frecuente en muchas cafeterías es la acumulación de residuos en los portafiltros y la lanceta de vapor.
“Si la boquilla está blanca en lugar de metálica, significa que hay acumulación de leche seca, lo que puede derivar en intoxicaciones”, advierte el experto. La correcta higiene del equipo no solo previene riesgos sanitarios, sino que también asegura que cada preparación conserve su sabor original.
LA TEMPERATURA JUSTA PARA UN CAFÉ PERFECTO
Uno de los debates más frecuentes entre baristas y consumidores es la temperatura ideal del café.
Para el líder tostador de ES Tostadores, el punto justo es aquel en el que la bebida permite percibir todas sus cualidades sin que el calor excesivo las opaque; de manera que “si el café está demasiado caliente, el cliente no podrá percibir sus verdaderos sabores y la leche pierde dulzura, elasticidad y brillo”.
No obstante, también reconoce que las preferencias varían según el consumidor. Hay clientes que lo prefieren tibio y otros que buscan una bebida bien caliente.
En estos casos, la recomendación es primero ofrecerlo a la temperatura ideal y, si no le gusta, se puede calentar.
El desafío está en equilibrar la calidad con la satisfacción del cliente, ofreciendo un producto que respete los estándares de preparación sin descuidar las preferencias personales.
MEJOR ATENCIÓN Y EL NUEVO MENÚ
Cada vez más Estaciones de Servicio han comenzado a incorporar en su menú términos utilizados en el café de especialidad, como flat white, cappuccino o americano.
Sin embargo, no todos los clientes están familiarizados con estos nombres por esta razón, Carletta sostiene que “es clave explicar las opciones sin generar confusión. Muchos clientes siguen pidiendo un ‘cortado doble’ y es importante saber guiarlos para que encuentren lo que realmente buscan”.
El barista debe ser capaz de adaptar su lenguaje y su recomendación según el nivel de conocimiento del cliente, asegurando una experiencia satisfactoria y evitando malentendidos.

PRESENTACIÓN Y ARTE LATTE: MÁS QUE UN DETALLE ESTÉTICO
A estas alturas del avance del marketing digital está demás decir que un producto bien presentado no solo genera una mejor impresión en el cliente, invita a compartirlo en redes sociales y puede ser un elemento diferenciador de la marca.
“El arte latte no es una moda, es una forma de mostrar el producto. Un simple corazón o una roseta no demora más que verter la leche, y genera una mejor experiencia para el cliente”, enfatiza Carletta y añade: “Si decorás un plato en una Estación de Servicio, ¿por qué no hacerlo con el café que es el producto más vendido?”
Además de aportar estética, estos dibujos reflejan el nivel de técnica y cuidado en la preparación; generan un impacto en internet, convirtiéndose en una herramienta de promoción indirecta para el negocio.
Desde ES Tostadores aclaran que no es necesario ser un experto para aplicar estas técnicas, ya que hay patrones simples como un corazón o una roseta que no añaden tiempo extra a la preparación y se puede aprender con práctica y capacitaciones básicas.
El café en las Estaciones de Servicio ha evolucionado de un producto de despacho rápido a una opción de calidad que puede atraer y fidelizar clientes. Aplicando estos cinco principios básicos —materia prima, calibración, temperatura, atención y presentación—, cualquier establecimiento puede mejorar su servicio y destacarse en un mercado cada vez más competitivo.
Invertir en capacitación, higiene y presentación no solo mejora la experiencia del consumidor, sino que también fortalece la imagen de la tienda y genera mayores oportunidades de venta. En definitiva, ofrecer un buen café no es solo una cuestión de técnica, sino de compromiso con la calidad y la atención al detalle.
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