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Exigen mayor reconocimiento por parte de las petroleras para enfrentar los costos crecientes y los desafíos del día a día.
Las expendedoras de combustibles de todo el país están enfrentando una crisis de rentabilidad que las mantiene en alerta. En ese contexto, Alfredo González, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de Jujuy, expresó en diálogo con surtidores.com.ar la creciente preocupación del sector y exigió a las petroleras una reconsideración de los puntos de comisionabilidad.
Según el dirigente, este fue uno de los temas principales debatidos en la última asamblea de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Combustibles de la Argentina (CECHA), realizada en Rosario la semana anterior.

“Durante la época de los precios congelados, las compañías proveedoras mantenían acuerdos con sus operadores, otorgándoles un margen de ganancia promedio de 7 por ciento por cada litro despachado“, explicó González, ante lo cual reclamó “por lo menos” un incremento del 2 por ciento por sobre la diferencia actual.
Informó que en los últimos meses, muchas petroleras decidieron modificar estas políticas de rentabilidad, afectando de manera significativa a los operadores independientes, quienes han visto reducir sus ingresos en un momento donde el volumen de ventas ha caído drásticamente desde diciembre del año pasado.
La principal preocupación del sector es que, mientras que YPF comercializa sus productos bajo el sistema de consignación, es decir, sin que el operador deba pagar el combustible por adelantado, las demás compañías utilizan el sistema de reventa. Esto significa que los operadores deben pagar el producto al momento de recibirlo, con el capital de trabajo licuándose entre la venta y la reposición del stock. “Esto nos pone en una situación desventajosa“, subrayó el representante jujeño.
Uno de los factores que profundizan esta crisis es el peso de las transacciones con tarjetas de crédito, que actualmente representan alrededor del 65 por ciento de las ventas de las Estaciones de Servicio en la región.
Según González, los plazos de acreditación son extensos y, sumados a la inflación que persiste a pesar de su leve desaceleración, hacen insostenible el negocio. “Necesitamos un ajuste en los porcentajes de rentabilidad, similar al de YPF o incluso superior“, insistió.
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