Activar/Desactivar Leer Página
Por los altos precios de los combustibles, se ha empezado a detectar un incremento en este tipo de delitos. Sugieren estar atentos a la conducta del cliente y a la patente del vehículo.
Días atrás se viralizó un video de un hombre que perpetró un robo en una Estación de Servicio de González Catán, en el partido de La Matanza de la provincia de Buenos Aires.
En las imágenes compartidas por la administración del establecimiento, se observa cómo la persona cargó dos bidones de nafta, llenó el tanque y se escapó sin pagar ningún monto.
El hecho se dio de manera natural, según se ve en el video. Fue tan imprevisto, que el empleado no se percató de lo que había sucedido y quedó sorprendido tras darse cuenta.
El hombre se habría llevado más de $100.000 en combustible, según trascendió. El robo generó indignación en las redes sociales, donde los usuarios se solidarizaron con el empleado, tuvo que hacerse cargo del monto correspondiente al despacho.
“Cuando tocamos el tema de la seguridad patrimonial, hacemos hincapié en estar atentos a la conducta del cliente y a la patente del vehículo, más si los operarios no lo conocen”, explica el experimentado capacitador, Néstor Castro.
Es que con los actuales valores de la nafta o el gasoil, el perjuicio es considerable, más aun teniendo en cuenta que pese a que los delincuentes son detectados, en muchas oportunidades son absueltos por la Justicia. Tal es un caso ocurrido en la ciudad de Córdoba, cuando la Cámara del Crimen dispuso el sobreseimiento de un cliente que se fue sin pagar, contrariado porque el playero tardó mucho en atenderlo.
QUÉ SUCEDE EN OTROS PAÍSES
En España, donde este tipo delitos es bastante frecuente, los encargados de las Estaciones de Servicio están obligados por ley a denunciar a cualquier cliente que se dé a la fuga sin pagar.
Las consecuencias legales no son irrelevantes, ya que este hecho está tipificado como delito leve de estafa. El proceso deriva en un juicio del que se puede salir culpable. El dinero a pagar por dicha multa variará en proporción al tiempo impuesto por el juez y del poder adquisitivo del acusado. Además, se deberá hacer frente a la responsabilidad civil de la cantidad que debió haber abonado al realizar la carga.
La reincidencia, en tanto, acarrea consecuencias más graves. Cuando un acusado cuenta con tres condenas en firme, se lo acusa de un delito grave. Más allá de las multas y la cuantía por la responsabilidad civil, las penas a las que se enfrenta son de entre 1 y 6 años de prisión, dependiendo de las circunstancias en las que se hayan cometido los fraudes.
DEJANOS TU COMENTARIO!