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La semana pasada había sido agendada una reunión formal entre las cámaras del sector y la Secretaría de Energía, para consensuar diferencias de cara al reclamo de aumento de valores que finalmente fue suspendida sin fecha, dejando una incertidumbre que puede afectar al abastecimiento de las Estaciones de Servicio.
Las PyMES productoras de combustibles vegetales se encuentran en una situación crítica, ya que el gobierno nacional aún no ha respondido a una carta que enviaron en septiembre pasado.
Mientras esperan una definición, muchas de estas empresas comenzaron a discontinuar su producción. De acuerdo a lo expresado, el problema radica en el atraso en el precio del biodiesel y bioetanol, que está fijado en pesos, y en los largos plazos de pago por parte de las petroleras.

El sector estuvo solicitando una regulación de estas cuestiones a cargo de Flavia Royón, pero, según pudo averiguar surtidores.com.ar el ministro de Economía no estaría dispuesto a abordar este problema hasta después de la segunda vuelta electoral.
Al respecto, Patrick Adam, director Ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, sostuvo que tienen expectativas de que finalmente se aplique la fórmula de precios que debiera regir la actividad a partir de diciembre. “No podemos seguir trabajando normalmente en un marco de imprevisibilidad e improvisación”, dijo el ejecutivo en diálogo con surtidores.com.ar.

En ese sentido, recalcó al igual que diferentes representantes del sector bio, que la claridad reglamentaria en materia de precios, forma parte de una política integral que cualquier gobierno deberá tener presente, si se toma conciencia de que la industria de los biocombustibles posee la estructura y capacidad necesaria para convertirse en la principal fuerza que resuelva de forma permanente los problemas de abastecimiento de naftas y gasoil en el país.
El ejecutivo reiteró lo que en este mismo medio los referentes de la actividad vienen pregonando, en el sentido de que “el bioetanol es la solución para la escasez de naftas y la fuga de divisas“. Fundamentó su afirmación en hechos concretos que demuestran que Argentina podría reemplazar los mil millones de dólares anuales que se gastan en importar combustibles para satisfacer la demanda nacional.
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