Para compensar los efectos de la devaluación, Puma y Shell actualizaron las pizarras de sus Estaciones de Servicio un 12.5 por ciento y el mes próximo harían un ajuste similar. Se espera la decisión del resto de las compañías.
En medio de un panorama económico convulsionado en el que la inflación oficial se sitúa en un 6,3 por ciento, el mercado de divisas presenta un dólar paralelo cercano a los 700 pesos, y el tipo de cambio oficial se mantiene en 365 pesos, Raízen, la licenciataria de Shell en el país dispuso un aumento en los precios de los combustibles del 12.5 por ciento. La medida fue acompañada por Puma Argentina.
Ambas empresas son no integradas ya que solamente refinan el producto, de ahí la necesidad de actualizar los valores cuanto antes. Vale recordar que tras la decisión del Ministerio de Economía de modificar la cotización de la divisa estadounidense, los precios registraban un retraso de aproximadamente un 35 por ciento y la brecha con los países vecinos había alcanzado el 50 por ciento.
Como consecuencia de ello, durante la jornada de ayer muchas bocas de expendio que no pertenecen a YPF -operan en consignación-, comenzaron a ajustar las pizarras de forma particular porque aducían que la devaluación abrupta de la moneda los deja sin margen de rentabilidad o trabajando a pérdida.
No obstante, se produjeron largas filas en las Estaciones de Servicio y restricciones de suministro en varias regiones del país.
En respuesta a esta situación, la Federación de Entidades de Combustibles instó a las autoridades y a las compañías a tomar medidas urgentes para normalizar la entrega de productos. Juan Carlos Basílico, presidente de FEC, advirtió sobre la falta de producto y el temor a un aumento descontrolado en los surtidores.
Desde la entidad empresaria, lanzaron un llamado a abordar la situación sin demora y a frenar la incertidumbre y las prácticas especulativas que perjudican tanto a los dueños de Estaciones de Servicio como a sus clientes.
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