El presidente de FAENI, Alberto Boz advirtió que las políticas de precios retrasados respecto de la inflación, llevaron a que las Estaciones de Servicio, hayan “dilapidado” el capital que sostiene a cada establecimiento.

De esta manera, el dirigente aseveró que “cada vez tenemos menos litros de combustible bajo tierra porque la inflación superó holgadamente el valor al público del único producto que tenemos para vender y que se nos impide manejar”.

De esta manera, Boz recalcó que el estacionero mediano que hoy no llega a cubrir la cuenta del banco o de la petrolera para reponer mercadería porque el margen de utilidad le es insuficiente, recurre desesperadamente a los préstamos.

Con este desfasaje, explicó que “mientras históricamente nuestro sector acudía a las entidades financieras para modernizar el negocio o invertir en más tecnología, hoy en día se endeuda para poder comprar el combustible para vender”.

El directivo convino que las actuales tasas de crédito que ofrece el Banco Nación dentro del convenio firmado con CECHA de entre el 65 por ciento y el 75 por ciento, resultan atractivas para los colegas que están en esta situación de balanza comercial negativa.

Pero lamentó, sin embargo, que “no podamos utilizar este beneficio para desarrollar y mejorar al rubro, sino para salir de la emergencia en base a deudas futuras”, a la vez que comentó que “resulta riesgoso seguir pidiendo créditos en un contexto de incertidumbre económica completa”.

En este contexto, Boz admitió que dentro del panorama de “emergencia” que están sosteniendo los expendedores PyMES “resulta menos dañino solicitar préstamos bancarios en lugar de recurrir a los descubiertos en cuentas corrientes, cuyos intereses son extremadamente altos”.

“No resulta saludable para ninguna empresa que brinda trabajo genuino y contribuye a la producción nacional, tomar deudas para poder tener el mínimo de producto para vender”, alertó.