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Desde la Cámara de Expendedores de Formosa, se oponen a la idea de cobrar un diferencial de precio a los consumidores que vienen del extranjero y exigen más compromiso del Estado y de las autoridades para evitar el accionar de los llamados “bidoneros”.
Ante la crisis de abastecimiento que se produce en las expendedoras de las provincias cercanas a Brasil, Paraguay o Chile debido a la brecha de precios que tiene Argentina, desde diferentes sectores del rubro estacionero se comenzó a debatir el hecho de pedir a petroleras que las Estaciones de Servicio fronterizas puedan aplicar valores diferenciados y cupos en naftas y gasoil para clientes con patente extranjera.
Efectivamente, esta modalidad de despacho fue habilitada hace una semana, para las bocas de la red YPF ubicadas en las ciudades de Posadas, Candelaria y Puerto Iguazú en la provincia de Misiones. Ahora desde Corrientes, están llamando a que se efectivice el mismo método para las localidades linderas a los países limítrofes.
De esta forma, desde todas esas bocas de expendio disponen de una isla especial o dos picos diferenciados por estación, con un cupo de 40 litros de combustibles a $150 por litro, tanto en nafta premium como en diesel premium, únicos combustibles que se venden a extranjeros. Allí, para los clientes misioneros, el precio se mantiene en $126,1 por litro de Infinia e Infinia diesel seguirá a $125,9.
La medida sin embargo, es rechazada por los estacioneros de Formosa. Al respecto el presidente de la entidad que agrupa a los operadores de esa provincia, Ángel Luis Bigatti, descartó el concepto por considerarlo “discriminatorio”.
En diálogo con surtidores.com.ar, afirma que no es un rol del empresario poner la cara ante el desfasaje generado por el Estado, tanto en materia impositiva y de política económica, como en la deficiente seguridad que brinda en las fronteras.
Recordó que el contrabando de combustibles efectuado por los “bidoneros” (es decir por aquellas personas que revenden el hidrocarburo en contenedores plásticos a particulares atravesando la línea limítrofe entre Argentina y los demás países), es un delito que no está siendo controlado por las fuerzas del orden.
“El día que se valore a los estacioneros como prestadores de servicio en su carácter de pilares de la economía, el Estado dejará de presionarnos para ayudarnos en la rueda de la producción y del consumo, aportando más de lo que se lleva”, sentenció Bigatti.
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