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El ex Secretario de Recursos Hidrocarburíferos José Luis Sureda, opina que la regulación del Gobierno de turno sobre el valor de la nafta a través de YPF es un mal a erradicar.
Días atrás YPF anunció una recomposición en los precios de los combustibles líquidos del 15 por ciento escalonado en los próximos tres meses como parte del financiamiento del plan de inversiones.
En diálogo con surtidores.com.ar, José Luís Sureda, ex número dos del Ministerio de Energía y Minería, desplazado por Juan José Aranguren con quien no compartía su criterio de conducción, opina que estas subas no llegan a recomponer la caída real de los precios del gasoil y la nafta.
“Los aumentos que ha habido tienen que ver con impuestos y mayores costos de biocombustibles, pero el precio internacional del petróleo ha subido mucho más”, considera.
“Pero lo peor –advierte– no es si hay un atraso o un adelanto, sino la intervención del Estado, que no es una regulación sino la fijación de precios políticos solo a los fines electorales”.
Sureda remarca que ese ya no es un problema de este Gobierno en particular, sino que durante las últimas décadas se ha utilizado a la petrolera estatal YPF como reguladora de los precios, ya que domina el market share (cuota de mercado).
“Es imposible saber cuándo eso va a cambiar y cómo va a cambiar, porque es político y solamente político”, observa el ex funcionario.
En esa línea, señala que es probable que cuando se ejecute el último aumento anunciado por YPF (previsto para mayo o junio), luego haya un congelamiento de precios hasta después de las elecciones legislativas que se celebrarán en octubre próximo. De ese modo el Gobierno llegaría más fortalecido a la hora de los comicios.
“No es bueno que se regulen los precios de los combustibles líquidos. Porque son producidos por un commodity. Entonces, cualquier intervención de precios por parte del Estado va a llevar a que en el mediano o largo plazo haya desabastecimiento y, consecuente, un encarecimiento que será mayor al que si nos atenemos a la variación del mercado”, opina el consultor.
Y agrega: “Hay que apegarse a las reglas de juego que existen sobre los commodities que son mundiales; y Argentina no es la excepción o es parte de otro planeta. Los problemas de Argentina no están en el precio de los combustibles sino que esto expone un problema del país que es el gasto sin freno por parte del Estado”.
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