Activar/Desactivar Leer Página
Carlos Gold, expresidente de CECHA, considera que los primeros seis meses del año continuarán con una tendencia negativa producto de la pandemia. No obstante, cree que en el segundo semestre podría haber signos de recuperación. Teme un nuevo congelamiento de precios.
En una entrevista para surtidores.com.ar, Carlos Gold, expresidente de CECHA, evalúa el estado de situación de las Estaciones de Servicio y el aumento de precios en las naftas que se estuvieron dando durante las últimas semanas. Además, analiza la posibilidad de que vuelvan los congelamientos a causa de las elecciones legislativas de octubre.
Como estacionero, ¿qué opinión tiene del aumento de precios que estuvimos viendo desde comienzos de enero?
Por supuesto que a nadie le cae simpático cualquier incremento de precios, y menos tratándose de combustibles por su impacto en la canasta de consumo. Pero sin dudas que lo que está ocurriendo es un sendero de recuperación que venía aletargado a consecuencia de un largo congelamiento.
Entonces hoy esa recuperación hace parecer como que el ritmo de incrementos es superior al del resto de los elementos de la canasta, pero no es así: en el acumulado el combustible ha aumentado menos que la inflación en los últimos 18 meses y ha aumentado mucho menos que cualquier componente de la canasta básica.
¿Considera que esta percepción es compartida por los automovilistas?
La demanda hoy ya se está comportando de manera uniforme. Se sabe que cuando van a aumentar los combustibles se produce un incremento de volumen de carga en los días previos y una disminución importante en los días posteriores, lo cual es lógico, pero eso no genera después mayores repercusiones, porque los aumentos no son considerables.
La demanda no se está comportando con retracción por el tema precios, porque las subas no son importantes.
No obstante a esto, ¿considera que este será un año de recuperación para el mercado de los combustibles líquidos?
Mientras la pandemia continúe es difícil pensar en un año de recuperación. Hoy evaluamos que el volumen de venta está en el techo.
Hubo meses como diciembre donde ha habido un repunte de consumo por la estacionalidad, porque la gente se animó a moverse un poco más. Pero en enero, en los sitios fuera de zonas turísticas, la demanda se ha vuelto a amesetar (20 por ciento por debajo de momentos prepandémicos).
No hay un panorama promisorio. Todo depende de diversos factores, como el regreso a las aulas, el comercio interjurisdiccional, el recupero del trabajo presencial y no tanto virtual. Son cosas que faltan para poder hablar de una recuperación genuina. Mientras esto no se dé, vamos a seguir en este techo.
¿Cree que el mercado arrojará valores similares al 2019, de normalizarse un poco la situación con el control del COVID-19?
Puede ser en el acumulado del año, pero no creo que eso suceda en el primer semestre. Necesitamos que la pandemia vaya aflojando para que se recupere la movilidad vehicular. Quizá el segundo semestre traccione para compensar lo que puede ser un mal primer semestre. Pero la situación con la pandemia es muy cambiante, todo es nuevo.
¿Existe atraso en el precio de los combustibles líquidos?
Sí, el precio sigue atrasado. Ahora habrá un nuevo aumento para los biocombustibles, que repercuten en el precio del surtidor. El Brent, que es nuestro componente petróleo, sigue subiendo, ya a más de 57 dólares. También hay una devaluación del tipo de cambio oficial por goteo, que mes a mes orilla el 4 por ciento.
Es decir, las variables que componen el precio de los combustibles suben, entonces no podemos pensar que el precio quede quieto.
Hay un motivo por el cual el combustible sigue subiendo. Y si ponemos todo esto en la balanza el atraso hoy no es menor al 10 por ciento.
¿Qué podría suceder si se congelan los precios, más aun pensando en las elecciones legislativas de octubre?
Correrá peligro la subsistencia de las Estaciones de Servicio. Los estacioneros vivimos a consecuencia de la rentabilidad por la venta del combustible. Congelar precios es matar al sector. Hay que dejar de lado la política y pensar en los sectores económicos.
Ya hemos vivido lo que acarrea el congelamiento. Por un lado, dificultades para conseguir el producto; por otro, disminución de la inversión, porque desincentivan a los productores.
DEJANOS TU COMENTARIO!