47 por ciento menos de actividad
Las expendedoras suelen hacer diferencia de rentabilidad no solamente durante los meses de calor, sino a través de los fines de semana de miniturismo. La pandemia les quitó las perspectivas y aumentó su incertidumbre.
A diferencia de otras regiones del país, las expendedoras de combustibles de la costa argentina al igual que las de los grandes centros de veraneo, siguen aguardando novedades para la temporada de vacaciones en tiempos de Covid.
Sucede que estos comercios tienen históricamente un plus diferencial en materia de recaudación en comparación con sus colegas de las ciudades y regiones que no se dedican a la recepción de turistas, basado en los momentos de llegada de automóviles y buses de diferentes lugares que elevan la demanda de combustibles a niveles mucho mayores que los días comunes, no solamente de los visitantes, sino de los propios lugareños que venden y compran más.
Sin embargo, los estacioneros marplatenses, por ejemplo, reconocen que salvo que aparezca una noticia mundial que cambie el rumbo de las cosas (llámese vacuna), se tornará imposible recibir gente de la forma masiva que están acostumbrados.
No solamente en Mar del Plata está esta sensación, sino en la totalidad de los balnearios marítimos argentinos, cuya capacidad hospitalaria es mínima y hoy se encuentra a niveles de saturación.
Al respecto, el referente de la Cámara de Estaciones de Servicio de la Ciudad, Patricio Delfino, lamentó que con la simple buena voluntad, no se puede afrontar una temporada turística.
“Ya perdimos todos los días del año en los cuales se trabajaba para hacer una leve diferencia de rentabilidad si contamos la totalidad de los fines de semana largos y feriados cerrados por la cuarentena”, explicó.
Dijo que con el mínimo tránsito que hay en la costa hoy, las ventas no llegan a un 47 por ciento del mismo mes del año pasado. “La poca gente local que tenemos ya no tiene poder adquisitivo para cargar nafta”, afirmó y se refirió a los números oficiales. Las mediciones generales arrojan que los locales de todo tipo en medio de la pandemia de Covid-19, venden un 42 por ciento menos, según un relevamiento realizado por el Departamento de Estudios Sociales y Económicos (DESE) de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP).
De esto se desprende que los habitantes de sitios costeros que también viven del turismo, hayan dejado de usar el automóvil por falta de dinero y porque no hay actividades.
“Si abrimos todos los servicios de gastronomía, hotelería y bares, los hospitales cercanos no podrán atender a ningún turista”, adelantó y aseguró que “si existe realmente una temporada será muy mala”, enfatizó.
Acivar/desactivar voz
Leer página