Aumentan los hechos delictivos
Los especialistas admitieron que la curva había descendido en los primeros dos meses desde que se decretó la cuarentena, pero con la profundización del desempleo y los cierres de actividades, el flagelo retornó de manera más violenta.
La escasa movilidad de población, hizo que durante ciertas horas de la jornada, se deje a los establecimientos de expendio de combustibles desprotegidos, porque como deben cumplir obligatoriamente su actividad esencial, no pueden cerrar sus puertas.
A pesar de las bajas ventas que viene teniendo el rubro, el imaginario del malviviente mantiene la idea que los playeros tienen dinero en efectivo rápido y a disposición de fácil acceso.
Con este prejuicio muchas veces equivocado, un establecimiento ubicado en una zona desierta de gente y las fuerzas de seguridad colapsadas en tareas relativas a la crisis sanitaria, forman una combinación que es considerada “explosiva y que va en aumento”, para quienes estudian los fenómenos delictuales más comunes y la manera de enfrentarlos.
En ese contexto, el analista y experto en gestión de la Seguridad Pública , Jorge Luis Vidal, se refirió en diálogo con surtidores.com.ar, a la exposición que hoy día sufren las bocas de expendio de combustibles, que si bien no son un caso aislado en la inseguridad general, posee ciertos puntos que las torna más vulnerables que otros comercios.
“En las Estaciones de Servicio, el clásico impacto de los denominados motochorros, se acentuó en la segunda mitad de la pandemia, porque a la falta de dinero en la calle, se sumaron otros nuevos actores del delito que antes no se dedicaban al tema”, dijo el consultor.
Vidal, que fuera asesor en la Alcaldía de Medellín en materia de Narcotráfico y Guerrilla urbana, además destacó que “los trabajadores de las expendedoras muchas veces quedan a merced de la rápida acción de estos individuos que aprovechan el momento en el cual están ocupados atendiendo a dos clientes a la vez”, explicó.
Vale recordar que a causa de las restricciones laborales que trajo la cuarentena, son numerosas las operadoras de combustibles que trabajan con dos y hasta con un solo empleado en turnos complicados como los nocturnos, con lo que la posibilidad de defensa ante una redada es prácticamente nula.
Finalmente comparó la ola de inseguridad con la “curva ascendente del Covid” y vaticinó que los expendedores no van a ser la excepción porque “la cantidad de motochorros va a seguir aumentando inclusive con delitos menores en los que se ejerce una violencia inusitada e innecesaria“.
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