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La pasión de los argentinos de diferentes puntos del territorio nacional se ensambló a través de la tradicional marca de combustibles, que reingresó al mercado de las Estaciones de Servicio de forma renovada
Con el patrocinio de Puma Energy, se está desarrollando el IX Gran Premio Argentino de Baquets, una carrera de regularidad de la que participan los pioneros del automovilismo , quienes se abastecen de combustibles en la red de estaciones Puma, un sistema que ya cuenta con casi 300 puntos en todo el país. La petrolera organizó este megaevento social y deportivo, en conjunto con la Secretaría de Turismo de la Nación y el Club Amigos de Automóviles Antiguos -(CAdeAA).
En primera persona, uno de los dueños de dos Estaciones de Servicio de bandera Puma, Martín Cali, dialogó desde el lugar mismo de la carrera, sobre su participación como piloto de la unidad más antigua del plantel de competencia: “Ford T de 1925”.
El entrevistado, dijo a surtidores.com.ar que “no hay palabras para describir esta experiencia que no olvidaremos nunca en nuestra vida”, a la vez que destacó “el recibimiento de la gente en los distintos pueblos donde llegamos”.
Recordó que “las expendedoras donde paramos a recargar combustibles, están repletas de público que nos demuestra su cariño en cada rincón donde podemos cruzar miradas y experiencias de fanáticos de los fierros, con abuelos, nietos y padres que se emocionan hasta las lágrimas al ver funcionando a estos primeros autos que alguna vez pilotaron Fangio, los hermanos Gálvez, Emiliozzi y muchas glorias del TC de todos los tiempos”.
Al ser consultado por su experiencia personal, detalló que con mucho entusiasmo respondieron a la propuesta de la Petrolera Puma Energy y “nos animamos a largarnos a los caminos”, al tiempo que aclaró que “es la primera vez que hacemos algo así”.

Explicó las sucesivas aventuras a las cuales el viejo Ford los estuvo sometiendo, que a la vez les abrió las puertas de vecinos solidarios que ayudaron en dos oportunidades a “rehacer el motor” abrumado por el excesivo calor del ambiente.
“Una de las noches estuvimos con unos mecánicos que nos asistieron en su taller y pudimos reparar la tapa de cilindros que se sopló y seguimos hasta la meta impuesta por la competencia, pero para ello debimos gastar 130 litros de agua para el radiador”, comentó Cali orgulloso del auto histórico que le toca manejar.
Finalmente, con emoción, transmitió su vivencia con un anciano de 93 años que se acercó al Forcito ayudado por dos bastones, para comentarle que “uno igual había sido su primer automóvil en su juventud”.
Dijo que su objetivo es lograr algo importante: que Puma vuelva a relacionarse con el automovilismo argentino luego de tantos años, tras su regreso a la Argentina, sin dejar de lado el rol social de las Estaciones de Servicio con su entorno. “Puma nace en los mismo años en que se fabricara la baquet que estamos conduciendo”, puntualizó.
“Junto con mi hermano y mi padre, somos una familia de estacioneros, yo nací en una Estación de Servicio y es parte de nuestra vida, pasamos todas las vicisitudes de la historia económica y social de los últimos 50 años, pero siempre pudimos sostener los dos establecimientos que nos dieron grandes alegrías”, recalcó el empresario que valoró todo lo que la bandera Puma está realizando por ellos, con quienes se mostró realmente satisfecho y esperanzado por el futuro cercano.
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