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La situación que atraviesan las Estaciones de Servicio en medio de la transición presidencial es calcada a la ocurrida tras la elección que catapultó a Mauricio Macri al cargo de Jefe de Estado en 2015.
Los días previos a las elecciones que llevaron a Mauricio Macri al cargo de Presidente son un espejo de lo que sucede en la actualidad. La debacle económica de aquellos días derivó en la suspensión de los aumentos de los precios de los combustibles que venían subiendo desde principios de año.
Sin embargo, a diferencia de decretarlo a través de un DNU, el principal vehículo para frenar las remarcaciones fue la petrolera estatal YPF, que mantuvo inalterable las pizarras de las Estaciones de Servicio.
Según recuerda el diario La Nación, en 2015 los combustibles aumentaron 1 por ciento en febrero y marzo, otro 1,5 en mayo y en junio y 1,3 en julio. Pero a principios del octubre el salto fue mucho mayor: llegó a 2,5 por ciento y se aplicó un día después de las PASO en las que el candidato a presidente del Frente para la Victoria en aquella oportunidad, Daniel Scioli, sacó la mayoría de los votos.
No obstante, la decisión del Gobierno de Cristina Kirchner de mantener a raya los valores en el surtidor, un día después del comicio las naftas treparon 4.5 por ciento para compensar los efectos de la devaluación del peso, a pesar del cepo al dólar, llamativamente idéntico al decidido anoche por el Banco Central para contener la fuga de divisas.
En enero de ese año, el precio de la nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires era de $ 11,31 por litro, mientras que en diciembre fue de $13,01, lo que arrojó un incremento del 15 por ciento en todo el período.
Otro detalle que iguala lo sucedido en aquellos tiempos era la situación de los expendedores, que a causa del freno a los aumentos en un contexto de alta inflación, aseguraban que perdían rentabilidad y denunciaban problemas de suministro de combustibles por parte de sus proveedores habituales.
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