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Es por los impuestos internos que gravan cada combustible. La diferencia entre las alicuotas de ambos derivados, de más de 70 centavos, es la que impacta finalmente en el precio de venta al público. El margen de beneficio del estacionero también cuenta ya que es mayor en la nafta que en el gasoil. Hace 7 años atrás la brecha llegaba al 10.45 por ciento
La situación de los combustibles en
En efecto, de acuerdo a un relevamiento efectuado por este medio, el valor de compra de ambos derivados en la estación de servicio es casi el mismo. En el caso de las empresas integradas la diferencia es imperceptible porcentualmente mientras que en las refinadoras la distancia se mantiene aunque en menor relación que en años anteriores.
Un claro ejemplo de ello es lo que sucedía allá por el 2004 cuando un abismo separaba el precio de las naftas y el gasoil: la disparidad alcanzaba el 10.45 por ciento. Más acá en el tiempo por el año 2007 la diferencia era del 1.30 por ciento y en el 2009 del 2.45 por ciento, una brecha que despareció con el comienzo de este año.
Pero si los costos son los mismos, ¿cual es la razón para que un combustible cueste más que el otro? Evidentemente la respuesta está en el contraste de las alicuotas de ambos derivados, de más de 70 centavos, que es la que impacta finalmente en el precio de venta al público. En el caso de la nafta súper $ 1,170 representa el impuesto a la transferencia de combustibles (ITC); $ 0,4439, el IVA; $ 0,0825, a la tasa hídrica y $ 0,0370, al impuesto a débitos y créditos bancarios. En el gasoil, $ 0,320 es aproximadamente el valor del ITC; $ 0,4065 el IVA; el $ 0,3520 la tasa al gasoil y $ 0,0300 el impuesto débitos y créditos bancarios
En virtud de estas cifras se desprende que 53% del precio del litro de nafta puesto en la estación de servicio está compuesto por impuestos, a lo que hay que sumarle la ganancia del estacionero. Mientras que en el gasoil el tributo llegaría a un 42 por ciento.
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