La especialista en consumo, Carolina Suárez, observó que a diferencia de los que ocurre en los supermercados, el automovilista no tiene la posibilidad de acudir a una Estación de Servicio donde pueda abastecerse de nafta más barata.
Ante la instalación en la opinión pública de los nombres desconocidos en los alimentos, vestimenta y demás artículos de consumo masivo como parte de la campaña electoral, surtidores.com.ar, consultó a los expertos en consumo para demostrar que en materia de naftas y gasoil, no aplica la regla de “Pindonga y Cuchuflito”.
Al respecto, Carolina Suárez, analista de los comportamientos del consumidor, sostiene que “los aumentos de los precios en los derivados de los hidrocarburos inciden directamente en los productos y servicios, pero cuando se habla de diferencia de valores, es imposible la búsqueda de marcas más baratas”.
Estimó que a pesar de las leves diferencias entre las petroleras del litro de combustible, aplicando también promociones y ofertas, el monto finalmente no impacta considerablemente en el bolsillo porque “se torna insignificante respecto de otros aspectos de la economía primaria”, dijo.
Agregó que “cuando alguien compra en un supermercado un alimento de segunda o tercera marca, puede llegar a conseguirlo hasta un 40 por ciento menos que lo que sale uno similar de etiquetas conocidas”, explicó.
Pero reconoció que “ese mismo consumidor no tiene la posibilidad luego de acudir con su automóvil a una expendedora de combustibles donde pueda abastecerse de nafta más barata”.
Incluso recordó que para el control de precios de combustibles, el Gobierno lanzó una aplicación denominada “precios en surtidor”, donde el ciudadano puede ubicar por geolocalización, aquellos establecimientos con mejor opción de ahorro y precios, pero advirtió que “no alcanzó aún el nivel de conocimiento que debería haber tenido en la población de manera masiva, para que sea un servicio efectivo”.
Aseveró que “una cuestión pendiente es la unificación del precio de los combustibles, ya que a medida que nos alejamos de la Capital Federal, se consigue más caro, lo que provoca que se torne menos competitiva la economía regional de las localidades del interior del país, con un impacto negativo para su desarrollo”.
Suárez opinó finalmente que otro factor que influye en el escaso margen de precio, pero a su vez, garantiza la buena calidad del combustible, es la participación de la petrolera YPF en el mercado. “La materia prima que se vende en las diferentes banderas proviene en su mayoría de las refinerías de esa compañía, de ahí que el producto, si bien cambia su `packaging´, esencialmente es el mismo”.
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