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En relación a la influencia del incremento en la rentabilidad del sector, el Presidente de AMENA, Domingo Franchetti, explicó que son “pocos centavos en comparación con una inflación esperada del 30 por ciento”.
El titular de la Asociación Mendocina de Expendedores de Naftas y Afines, minimizó los efectos sobre las utilidades para el negocio minorista de hidrocarburos que puedan llegar a darse con las recientes actualizaciones de precios al surtidor.
“Es preciso manejarse con prudencia y seguir la evolución de los valores de la actividad económica integral para ver el final de la película relacionada con la rentabilidad de nuestras pymes”, explicó el empresario consultado.
Recalcó que se trata de “un pequeño ajuste que pone molesto al consumidor y que debe ser analizado en un contexto general de cara a un aumento de costos operativos, de los próximos acuerdos paritarios y de la suba de los impuestos y tributos”.
Agregó que “hoy en día los clientes cambiaron sus costumbres a causa de la baja en su poder adquisitivo y cargar dinero, en lugar de litros y de acuerdo a los casos, expresan resignación, bronca o actitudes de adaptación a los tiempos como cambiar de auto o ponerle equipo de GNC”.
En otro orden de cosas, el dirigente cuyano mostró su gratitud por el hecho de que “tuvimos a nivel regional una muy buena temporada de turismo que benefició los niveles de venta de los establecimientos”.
En ese sentido, adelantó que desde la entidad comenzaron el año con nuevos bríos respecto a la profundización de las acciones de integración y capacitación laboral que se está llevando a cabo con la Universidad Nacional de Cuyo, con las diplomaturas para encargados de Estaciones de Servicio.
También dijo que están avanzadas las negociaciones con la distribuidora de gas en pos de lograr un acuerdo de precios competitivos para los operadores de GNC de la zona y que confía llegará a buen puerto en pocos días.
Por último, Franchetti expresó que seguirán gestionando junto a los dirigentes del sindicato, acciones conjuntas en contra de los actos delictivos que periódicamente sufren los trabajadores de las expendedoras mendocinas, pero que “se necesita más presencia del Estado para tener éxito”.
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