Empresarios de otros rubros apoyan el reclamo de los expendedores contra las tarjetas de crédito

La Asociación de Empresarios Nacionales que agrupa a más de dos centenares de pequeñas y medianas empresas de todo el país informó a surtidores.com.ar, que viene siguiendo con atención las alternativas del reclamo de los dueños de Estaciones de Servicio para que se reconozca la actitud abusiva de la financiera PRISMA, gerenciadora de las principales tarjetas de crédito en Argentina.

Al respecto, el titular de la entidad, Leo Bilansky expresó que “el Estado nacional es el único responsable por las condiciones que implica la venta con plástico, ya que desde el mismo Estado, se impuso la obligatoriedad de que todos los comercios acepten esta modalidad de pago“.

Afirmó el empresario que no puede haber una discriminación particular de una actividad comercial respecto de las demás y alentó a que sean las autoridades del Gobierno quienes impulsen los cambios en la implementación de este servicio.

“En virtud de la liberación a las restricciones a los movimientos de divisas y de capitales, deberían inmediatamente adecuar las comisiones que cobran por el uso de las tarjetas de crédito y de débito a los mismos niveles de Europa y los EEUU“, aclaró Bilansky.

Recordó que hace unos pocos años, en el Viejo Continente, las empresas de dinero plástico debieron devolver a los comercios una suma millonaria en concepto de haber cobrado estructuralmente cifras desproporcionadas y finalmente se estableció un promedio de menos del 1 por ciento para las operaciones con tarjetas en toda la Comunidad Europea.

En ese sentido agregó que “acompañamos el reclamo de las estaciones sobre todo en un escenario donde los precios de los combustibles no detienen su escalada de aumentos y de esta manera pujan sobre toda la cadena de valor de productos de primera necesidad al consumidor“.

Aseveró que tal cual están dadas las condiciones, solamente se benefician un grupo de grandes compañías petroleras en detrimento de todo el resto de la sociedad  y la actividad económica genuina que es la única impulsora de trabajo nacional.