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Un estudio de campo cotidiano llevado a cabo por un grupo de operadores dio como resultado una migración del comportamiento del cliente al momento de cargar combustible, con matices dependiendo de la zona donde se ubica cada expendedora implicada en la encuesta
El analista del sector, Javier Paredes quien además es Jefe de Estación de un establecimiento de venta minorista de combustibles, comenzó junto con otros colegas, un estudio de las experiencias cotidianas de la actualidad de las Estaciones de Servicio.
Teniendo en cuenta el aumento constante de los precios de los combustibles líquidos, en primer lugar, los consultados coincidieron en que hubo una significativa migración de los clientes que cambiaron la nafta Premium, por la Súper.
“En este nuevo escenario, hay un común denominador, que pasa por el hecho de que la familia tipo que cuenta de presupuesto mensual destinado a la carga de combustibles de su vehículo, se topó con la brecha de precios entre el litro de Premium a 42 pesos y el de Súper a 30 pesos y de acuerdo a todos los colegas que participaron del estudio de campo, la conclusiones la misma: bajó la venta de nafta especial en beneficio de la nafta más económica, a pesar de los consejos de cuidado del motor”, explicó Paredes a surtidores.com.ar.
Agregó que las rutinas diarias de los consumidores no se modificaron, pero desde el 1º de julio hasta el 17 de agosto, con los sucesivos incrementos en los precios en el surtidor, el presupuesto sigue siendo el mismo, pero el producto comprado es otro.
“Este fenómeno es algo nuevo para nuestra actividad, porque se mantiene el importe total de despacho y el volumen, pero lo que cambió es el producto, con diferentes tipos de tramos de comisiones y distinto margen de ganancia alterando la rentabilidad”, detalló el analista.
Al referirse al consumo del gasoil, recalcó que debido a las restricciones del último tiempo al consumo del diesel grado 2, sumado a la recesión económica general, se contrajo el volumen de ventas de dicho combustible perjudicando a las Estaciones de Servicio.
LA CRISIS COMO DESAFÍO
“Es preciso que los expendedores analicen el nuevo escenario de forma diferente al de los últimos seis años, relacionado con los costos y beneficios, los despachos y sobre todo, las condiciones de venta”, advirtió Paredes.
Propuso como una acción directa, invertir tiempo y creatividad en el negocio de las tiendas de conveniencia y los lubricentros. “Hoy en día la gente ha cambiado la percepción de la tienda y lo toma como un lugar de encuentro, donde se puede almorzar o cenar y no siempre se trata de automovilistas que vengan a cargar nafta”, expresó.
Finalmente, aconsejó desarrollar el negocio de lubricantes, destinando un empleado exclusivamente a la apertura de capot, que sepa también comunicar las promociones disponibles, para aportar información al cliente de los beneficios que se le puede ofrecer, en especial, para “ahorrar dinero”, que es lo que el consumidor finalmente busca a la hora de comprar.
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