Los consumidores se quejan por las subas de las naftas

No es novedad que los números de una economía familiar se modifican en base a la suba de combustibles y teniendo en cuenta que este factor se repitió con frecuencia desde que el gobierno nacional decidió liberar su precio, las quejas no tardaron en hacerse notar.

Según estudiosos del tejido social del consumidor medio, la medida para mantener la rentabilidad de las empresas petroleras, descuidó el impacto negativo producido en el nivel real de ingresos de los ciudadanos.

De esta forma, los combustibles que son un insumo básico para distintos tipos de trabajos no solamente impactan en el poder adquisitivo de quienes cargan nafta y gasoil para trabajar, sino que además, afecta los artículos de la canasta básica de alimentos.

Si alguien pregunta en qué afecta a un peluquero que aumente la nafta, inmediatamente en nada, pero en algún momento las variaciones de los otros precios de la economía sí lo hacen, porque los precios también son relativos: uno tiene un precio en relación con otros. Por eso, más allá del tiempo que tarde, de que sea enseguida o transcurrido un período, todos van a sentir el impacto de los aumentos.

“La suba acentúa el proceso recesivo y la inflación, porque es trasladada a los precios debido a la incidencia de los costos logísticos en el valor final de los productos de la góndola. Por esta razón, impacta negativamente en el bolsillo de los consumidores de todo el país, ya que modifica la estructura de costos de los distintos bienes. Se calcula que la logística incide en la estructura de costos en un 35 por ciento aproximadamente”, explicó el experto en Economía Social Fernando Schpoliansky.

Se estima que el 90 por ciento del transporte de carga se realiza a través de camiones, y eso produce una suerte de cadena que genera un impacto incluso en rubros sin relación directa y es por ello que las entidades de pequeños productores rurales nunca aceptan con buenos ojos los incrementos del gasoil.

EL CAMPO TAMBIEN PROTESTA

Los dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas, recalcan que “el impacto nuevos aumentos del diesel (insumo principal de la actividad agropecuaria) vuelve a pegar de lleno en la rentabilidad del productor y en especial en aquellos más vulnerables, ya sea por estar alejados de las zonas de comercialización, teniendo que transportar su producción por más de 1.000 kilómetros, o aquellos que padecen una campaña complicada climáticamente”.