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La legisladora Carmen Lucila Crexell, solicitó al Poder Ejecutivo que brinde información sobre las causas que motivaron la suba de estas operaciones. “No es congruente que el Estado permita a las petroleras traer combustible más barato del exterior para luego revenderlo a precio más caro”, advirtió
A poco de presentar una iniciativa en la Cámara Alta s4443-16pc-1 para pedir informes al Ministerio de Energía referidos al aumento de las importaciones de combustibles a la vez que se vienen suspendiendo las actividades de producción en los pozos petroleros, la Senadora Carmen Lucila Crexell, dialogó con surtidores.com.ar, sobre los justificativos que impulsaron el proyecto.
Según datos oficiales del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, la importación de gasoil por parte de las empresas petroleras creció un 41 por ciento en los primeros meses de 2016 con relación al mismo período del año pasado. En concreto, las empresas YPF, Shell, Axion, Petrobras Energía, Oil y otras trajeron desde el exterior 1,35 millones de metros cúbicos (m3) de gasoil contra 965.000 m3 el año pasado.
Explicó Crexell que “solicitamos informes al Poder Ejecutivo sobre los motivos por los cuales se registró un incremento notable de las importaciones de combustibles en los primeros meses del año, ya que esto resulta contradictorio con la política que se viene sosteniendo en materia de subsidios a la producción de hidrocarburos con el objetivo de mantener la actividad ante el panorama de precios internacionales”, declaró en forma exclusiva la edil neuquina.
Agregó la senadora que “el aumento de las importaciones de combustibles implica un claro perjuicio a la industria local y favorece la especulación de aquellos que utilizan estas ventajas para obtener un beneficio económico”.
Consideró también que “es evidente que con precios internacionales más bajos que los que se pagan en Argentina la venta de combustible importado implica una ganancia adicional para las compañías, cuando en realidad se ha hecho un esfuerzo para sostener el subsidio al barril criollo desde las arcas del Estado, sumado a los aumentos a las naftas y el gasoil que asumen todos los consumidores, con el objetivo de mantener a la industria funcionando y sobre todo para la conservación de los puestos de trabajo”.
Comentó además que “si bien en primera instancia decidimos mostrar nuestra preocupación por esta situación a través de este pedido de informes, no descartamos presentar un proyecto de ley en este sentido”.
Finalmente consideró que quizás sea momento de revisar esa política a la vista de que los valores internacionales del barril de crudo siguen muy deprimidos, por debajo de los 50 dólares. Sin embargo, hasta tanto no se adopte una medida en otro sentido, no parece congruente con la decisión de incentivar la producción local de hidrocarburos que el Estado permita a las petroleras traer combustible del exterior más barato, para luego revenderlo a precio mucho más caro -el mismo que recibe el gasoil refinado en nuestro país- en el mercado interno.
Entre las preguntas que la legisladora quiere saldar se destacan: ¿Cuál será la política de precios internos del petróleo que aplicará el Poder Ejecutivo Nacional a partir del año próximo?; ¿Se prevé mantener un precio sostén para el barril criollo de crudo o se fijarán precios en convergencia con las cotizaciones internacionales? Siendo que la importación de gasoil -el combustible más vendido en el país- creció un 40 por ciento respecto al mismo período de 2015, ¿Se vieron beneficiadas las empresas petroleras por revender a precio diferencial (subsidiado de manera indirecta por todos los consumidores) el combustible que compraron más barato en el exterior? ¿No colisiona esta circunstancia con las políticas de incentivo a la producción local?
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