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Legislador local presentó un proyecto de ley a ser tratado en los próximos días que dispone la prohibición del expendio de nafta a los conductores que no tengan el casco reglamentario cuando llegan al surtidor. Tanto empleados como empresarios están en desacuerdo con la medida.
La iniciativa, que busca estimular mayor seguridad a la ciudadanía, generó que ayer desde las 9.00 horas hasta las 12.00 no se vendieran productos en las estaciones de servicio como consecuencia de una asamblea que convocó el gremio local para estudiar el tema con las bases.
Santiago Ferro Moreno, gerente de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Lubricantes y Afines de La Pampa (Cecla) manifestó la posición de los expendedores: “no estamos para nada de acuerdo; si se aprueba la ley es muy posible que tomemos medidas de fuerza; el gremio plantearía un paro de actividades”.
Es que con esta decisión el temor es que se generen conflictos con los playeros cuando los clientes no puedan abastecerse. “tuvimos experiencias anteriores con hechos de violencia”. Hay zonas calientes en las que el riesgo es mayor, indica, sobre todo en horas de la madrugada.
Ferro Moreno cuestiona que este control es tarea del Estado: “el motociclista pasa por semáforos, va a negocios, está en la calle, y solamente por tener que cargar nafta nos asignan esta responsabilidad de cumplir la normativa, cuando estuvo circulando toda la semana”.
Los estacioneros están dispuestos a colaborar con el gobierno local, pero a través de campañas de difusión y concientización sobre la importancia de utilizar elementos de protección. Lo que no aceptan es estar sujetos multas o clausuras, como prevé el proyecto.
Por lo que se sabe, las sanciones serían importantes en contra del local, dado que la propuesta legislativa califica como “grave” el incumplimiento. Es una preocupación más, en un escenario de pérdida de la rentabilidad por los aumentos de costos y caída de las ventas.
Por otra parte, Ferro Moreno alertó que en caso que un empleado despache combustible como consecuencia de la presión que puede sufrir de un cliente desesperado, será objeto de cuestionamientos por parte de los titulares. “Puede generar despidos”, alertó el dirigente, lo que considera evitable.
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