Opinión: la única medida que logró reducir el delito

A nivel nacional, las cámaras empresarias se reunieron a mediados de mes con la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para encontrar soluciones al problema de los robos en las bocas de expendio. Se está armando un “mapa del delito”, para conocer las zonas más calientes y ahí concentrar las gestiones.

Una opción que suena cada vez más con mayor fuerza es obligar a los usuarios durante las horas de más riesgo – en general por la noche – a que abonen con tarjetas de débito – y crédito, aunque presentan comisiones muy altas -, para así aliviar las abultadas billeteras de los playeros.

En Rosario, que ya pasó por esta experiencia, Rubén Fernández, directivo de la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines de Rosario (CESGAR) asegura que “en términos generales ayudó muchísimo”. No sólo por la noche, que es cuando rige esta modalidad de pago, sino también durante el día. Es que con esta campaña las bocas de expendio bajaron de nivel en las prioridades de los ladrones.

“El incremento de la carga con tarjeta ha sido importante. Debemos estar entre 40 y 50 por ciento de las ventas entre débito y crédito”, indica el empresario. Como negativo, advierte que “tiene un costo”, en muchos casos difícil de afrontar.

En otras provincias, dadas las consultas que reciben los operadores, Fernández menciona que “llamó la atención lo que pasó en Rosario”, por eso es hoy un ejemplo. “Tuvimos que agudizar el ingenio. Son medidas que van atemperando las posibilidades. No hay mucho secreto”, expresó el dirigente ante la consulta de surtidodres.com.ar.

Incluso el empresario opinó que denunciar la problemática en los periódicos y canales de televisión no era beneficioso. “El hecho de no estar en los medios de comunicación bajó un poco la ola de robos, sobre todo los robos exprés”, contó hasta sorprendido.

Además, retirar el cash de las bocas de expendio es una cara más amable a la de cerrar directamente los negocios cuando cae el sol, como ocurre ya en el 30 por ciento de los establecimientos de la Provincia de Buenos Aires y otras plazas del interior.

De esta manera, se permite el acceso al combustible a los usuarios, por lo que suena más complaciente ante las autoridades. El desafío del sector es conseguir reducciones de las comisiones que imponen las entidades financieras por el uso de plásticos.