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El sistema fue implementado en un comienzo por casi todos los refinadores para, finalmente, quedar confinado en uno sólo de ellos. La pregunta es: ¿Aportó beneficios al sector? ¿Cómo se repartieron esas utilidades? ¿Por qué algunos participantes lo abandonaron?
El mecanismo de comercialización de combustibles en la Argentina está definido en dos vertientes. Una, denominada compra-venta, por la cual la petrolera provee naftas y gasoil a la estación de servicio y esta abona el costo del producto. La otra, consignada, es un mecanismo en el que la compañía suministra a la boca de expendio y le paga una comisión sobre lo despachado.
No es la única diferencia: en el primer caso es el comercio el que fija su precio en el surtidor según las reglas del mercado, mientras que en el otro, el valor final al consumidor es determinado por el abastecedor. Este sistema es utilizado exclusivamente por YPF, en tanto que el resto de las empresas se inclina por la otra modalidad.
Parece una decisión arbitraria y sencilla, sin embargo, Alberto Fiandesio, ex Subsecretario de Combustibles de la Nación opina que el tema es muy complejo a la vez de interesante. “Quizás algunas cuestiones deban ser revisadas”, analiza. “Es bien sabido que el sistema de consignado fue implementado en un comienzo por casi todos los refinadores para, finalmente, quedar confinado en uno sólo de ellos. La pregunta es: ¿Este sistema aportó beneficios al sector? ¿Por qué algunos participantes lo abandonaron”, indaga el especialista?
Fiandesio justifica la utilización de esta herramienta en la aplicación del Impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios sobre el movimiento de fondos de una estación de servicio. “A pesar de que la propia Ley de creación del impuesto prevé que, cuando los fondos son grandes (precio de venta al público) y la bonificación pequeña (ingreso del expendedor), la autoridad de aplicación podrá eliminar o reducir la alícuota para morigerar el impuesto; nunca se hizo a pesar de múltiples reclamos”, revela. “Está claro que es uno de los beneficios del consignado, donde el expendedor nunca es propietario del producto”, explica.
En otro orden, el ex funcionario también se expresó respecto a la posible llegada de nuevas compañías al sector de comercialización. “Es posible en la medida que alguna decida su salida; el tamaño del mercado nacional no es suficiente para su atomización”, señala.
Argumenta sus palabras haciendo foco en el fracaso temporario de la venta de Petrobras a YPF: “Allí se puso en discusión, nuevamente, si es conveniente una empresa de la dimensión resultante interactuando en un mercado pequeño. Al no concretarse la operación queda abierta la posibilidad de que otra compañía se interese, aunque sea en el downstream de Petrobrás”.
Por último, Fiandesio se manifestó en relación a la posibilidad que se instale en nuestro país el autoservicio. “Ya fue utilizado con poco éxito”, recordó. “No está prohibida su implementación por lo que se interpreta que las compañías entienden que el consumidor no lo prefiere”.
Y agregó: “estudios de análisis del mercado realizados hace tiempo indicaban que el servicio de playa es uno de los factores preponderantes al momento de elegir una estación para aprovisionarse. Así como también indicaba el estudio que el precio no está entre los primeros cuatro factores, dando un perfil interesante al consumidor nacional”.
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