Cambio de hábitos de los consumidores por las políticas comerciales de las petroleras

Es claro el interés de las distintas compañías elaboradoras de combustibles por profundizar sus negocios en el segmento minorista. De a poco, van ocupando las zonas de privilegio, autopistas y rutas de gran tránsito de vehículos, también las principales avenidas.

Fueron surgiendo en los últimos años locales de gran envergadura, con shops que ofrecen extensa variedad de productos y servicios, estéticos, adaptados con las últimas tecnologías, toda una atracción que excede la mera carga de naftas o gasoil.

Manuel García, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI) asegura que esta tendencia trae aparejada una nueva forma de demanda: “ya no es el expendedor el que busca el cliente. Ahora el cliente busca la boca de expendio”.

Siguiendo la idea, el dirigente planteó: “Hoy las compañías transforman la instalación para ofrecer la mayor variedad gastronómica. La estación ya no está enfocada al automóvil sino a las personas. Esto ha generado que abastecerse sea un problema para el usuario”.

Por otra parte, alerta sobre sus consecuencias para las Pymes: “va a llegar un momento que el negocio va a estar tan concentrado que va a ser un problema para el automovilista que quiere cargar combustible rápidamente. Esos supermarkets demoran media hora. En la actividad económica diaria eso no funciona”.

El hecho de que aparezcan modernos puestos que acaparan gran parte de los despachos asegura que “lleva al cierre de los operadores independientes”. Compara que una empresa pequeña “no puede comprar un terreno en las zonas más caras y estratégicas. Tampoco pueden manejar el shop porque no rinde. Están todos alquilados y en algunos casos el costo es de 5.000 pesos mensuales”.

“Evidentemente, el negocio está en las zonas de privilegio, donde las petroleras instalan estos supermarkets. A la periferia no quiere ir nadie. Ahí quedan relegadas las blancas. Por eso es que siguen cerrando”, alerta.