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Cada vez son más los operadores que prefieren no despachar combustibles debido a los problemas de inseguridad y por cuestiones de rentabilidad. En algunas localidades del interior se tornó una modalidad aceptada por los consumidores que prevén las necesidades durante el día.
¿Vale la pena mantener el local abierto las 24 horas? La respuesta no es general para todas las bocas de expendio. En gran medida, depende de la ubicación y del tipo de clientela. Si ofrece GNC, por ejemplo, y se posicionó como centro de reunión para taxis, suelen trabajar y sumar algunos pesos a la recaudación.
Ahora bien, en el interior o en un ruta poco transitada, en una localidad alejada, en cambio, no tiene sentido. Sin movimiento de automóviles representa un costo operativo importante, por la necesidad de contratar empleados y los gastos de mantenimiento, como luz, agua, limpieza, entre otros. Esta realidad financiera, para colmo se da en un contexto donde el delito eligió a estos comercios como preferidos.
Se llegó a una situación crítica explica Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles (FEC): “Las estaciones del interior de la provincia que hasta hace no mucho tiempo estaban exentas de los ilícitos hoy ya sufren robos durante el día y la noche”. Por eso indica que hay empresas que toman la decisión de funcionar hasta las 24 horas.
¿Es rentable vender en la noche?, preguntó surtidores.com.ar. “Para la gran mayoría no”, contestó el dirigente. Entonces… ¿Por qué hay firmas que aún eligen mantener el local abierto? Malchioldi sostiene que “Es un servicio que tiene reciprocidad. Si viene un cliente a la noche también es importante atenderlo”, analiza. Es una forma de fidelización, en un momento de gran competencia y paridad en los precios de los productos.
Lo que más preocupa a Malchioldi son los hechos de violencia contra el personal: “no tenemos prevención; son negocios sin cortina y muchas veces nos encontramos en el surtidor con ladrones inescrupulosos”, lamenta. Para ello se realizan gestiones con las autoridades y fuerzas de seguridad, pero no siempre dan el resultado esperado.
No ofrecer naftas al público es la alternativa que eligieron años anteriores expendedores, aunque por faltantes de stock. Hoy el panorama es diferente, ya que no hay inconvenientes con el suministro y la necesidad de venta es mayor, por el grado de disputa que vive el mercado.
Si bien desde las 0 horas hasta las 7 de la mañana las bocas de expendio céntricas despachan apenas el 15 por ciento del volumen que facturan en el mes, es una cantidad que en ocasiones no se puede resignar. Cada empresario elige.
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