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Para los expendedores el año que culmina deja un sabor agridulce en lo que respecta a índices de consumo. Si bien los despachos de nafta al público totalizaron el volumen más alto de su historia, no ocurre lo mismo con el gasoil, que acumula cinco años de caídas consecutivas.
Para hacer un balance del año una buena alternativa es recurrir a los números. Y en este sentido que mejor que los datos oficiales que brinda la Secretaría de Energía para graficar el escenario de las estaciones de servicio durante este 2014, dominado por un contexto de fuerte alza de precios de los combustibles.
De acuerdo al relevamiento del organismo oficial, la venta de naftas y gasoil al público durante los diez primeros meses del año totalizaron 13.156 millones de litros, de los cuales 6.719 fueron de diesel en sus dos variedades y los 6437 restantes de súper y Premium.
El volumen global de 2014 no llegó a superar al del año que lo precedió debido a la profunda retracción del consumo de gasoil, que acumula cinco años de caídas consecutivas. En cambio las naftas volvieron a mejorar su perfomance alcanzando un nivel sin precedentes en nuestro país.
La razón de esta expansión es sin dudas el formidable desarrollo del parque automotor. Según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) hay en circulación alrededor de 13 millones de unidades, cifra que representa un auto cada 3,5 habitantes, mientras que en Brasil, por ejemplo, esta cifra se reduce a un vehículo cada siete personas.
No obstante y como consecuencia de la desaceleración que viene teniendo la economía, la venta de combustibles no está pasando por su mejor momento. En el caso de las naftas, en octubre la baja promedió el 2,1 por ciento en forma interanual. La premium, fue la que más se desplomó, 7.52 por ciento, en tanto el diesel común cayó 3.04.
Si bien el freno de la actividad productiva es el principal responsable de la retracción del mercado, los precios tuvieron un papel preponderante para erosionar la demanda. En lo que va del año, los combustibles aumentaron un 40 por ciento y más del 60 si se toman en cuenta las remarcaciones de los últimos 12 meses. En ambos casos, los incrementos se ubicaron muy por encima de cualquier pauta de alza salarial.
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