En Argentina está restringido pero en la mayoría de los países del mundo es un mecanismo impuesto desde hace años. A sus ventajas de no contar con carga laboral se le contrapone la cantidad de automovilistas que se van sin pagar. Una cifra que sorprende por su magnitud.
La modalidad autoservicio para la carga de combustibles es la más utilizada del mundo. Países como Estados Unidos o la mayoría de las naciones europeas casi no aceptan otro mecanismo de despacho por la posibilidad de no contar con empleados dedicados a esa actividad.
En Argentina sin embargo este sistema no tiene lugar. Si bien no existe una ley que lo inhiba, casi todos los convenios colectivos de trabajo dejan expresa constancia de su prohibición debido a cuestiones de seguridad. No obstante, y más allá de esta salvedad, más de un empresario se vería en problemas porque cada vez son más aquellos automovilistas que desaparecen una vez que completan el tanque sin pasar por caja.
En España, por ejemplo, algunos le llaman “sinpa” (sin pagar) pero los profesionales lo han bautizado como “fuga”. Alrededor de 115.000 automovilistas españoles se van de la estación cada año sin aboanr el combustible, según datos facilitados por la Asociación Española de Operadores de Productos Petroquímicos (AOP).
Esta práctica se ha disparado en los últimos tiempos, por lo que los responsables de las bocas de expendio han decidido iniciar una ofensiva contra estos “clientes” que originan unas pérdidas al sector que están valoradas en 5 millones de euros por año. Sólo en la Comunidad de Madrid se calcula que estas fugas les cuestan a los empresarios cerca de un millón de euros.
Los sistemas que utilizan los que recurren a un “sinpa” son muy variados. En primer lugar figura el llenar el tanque e irse directamente. En algunos casos llevan la patente borrada para evitar ser identificados, pero en otros les da igual que la cámara de la estación de servicio les grabe. Los más “expertos” cambian la matrícula al entrar.
Otro sistema es después de echar el combustible entrar a la oficina y comprar un chicle o golosina, pagarlo e irse. En la cámara queda registrado que el cliente ha pagado, por lo que si le reclaman le echa la culpa al empleado “por haber cobrado mal”. La picaresca ha desarrollado decenas de sistemas, lo que hace que cada vez sean más los expendedores que utilizan sistemas de prepago.
Los empresarios se quejan de que tienen pocas armas para luchar contra estas prácticas fraudulentas. “Muchos juzgados fallan que no queda acreditado correctamente que el cliente se ha ido sin pagar, por lo que perdemos el dinero de la nafta y lo que nos cuestan los abogados”, afirma el responsable de una de estas empresas.
¿Y quiénes son los que se van sin pagar? Uno de los representantes del sector afirma que “no se trata de jóvenes graciosos”. “El fraude –añade- lo comenten todo tipo de personas incluidas señoras con potentes autos y muy costosos”.
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ademas acá hay clientes que no quieren servirse , yo se de casos que no cargaron porque esperaban que se los atienda .
En E.E.U.U. es imposible irte sin pagar el combustible porque antes debes pasar la tarjeta por el surtidor para que se te habilite la carga.
Si por alguna razón el surtidor no toma la misma, se debe hacer el pago con la ayuda del personal de la tienda (shop), para esto hay 2 modalidades
1)Pagar un monto determinado (fijo), el surtidor corta automáticamente cuando se alcanza el mismo.
2)Dejar la tarjeta y el documento en la caja ( en custodia del cajero), realizar la carga y una vez que este terminada la misma se pasa a perfeccionar el proceso de compra.
España con unos pequeños cambios podría solucionar su problema
Con respecto a la seguridad, no creo que EEUU desatienda estos aspectos.
Coincido que en Argentina el cliente no está acostumbrado, creo que si se implementa gradualmente y el cliente observa que es un mecanismo sencillo y adicionalmente es más rápido, podría adaptarse.
Las empresas que implementaron estos sistemas, bancos, cines, estacionamientos, etc, comenzaron con procesos graduales