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Las empresas grandes no están pudiendo colocar los excedentes de producción en países que no tienen metas de corte obligatorio, debido a que por la baja del crudo, el biocombustible dejó de ser competitivo frente a su versión fósil ¿Se podría haber evitado esta situación? La lectura de los especialistas
Víctor Castro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) mira hacia atrás y encuentra errores que la cotización del barril de petróleo por debajo de los 80 dólares hace sentir y fuerte. De todas maneras, tiene la conciencia tranquila porque en reiteradas oportunidades se alertó a las autoridades que el esquema de retenciones móviles no permitía cerrar contratos a mediano plazo.
La incertidumbre sobre el tratamiento fiscal hizo que las empresas grandes, tanto integradas como no integradas en la cadena de producción, no se animen a realizar ventas más allá del mes. Castro explica que la alícuota que se considera en las operaciones es la del momento del embarque, que varía todos los días.
“Lamentablemente cuando tuvimos la posibilidad de vender a largo plazo no se aprovechó porque no había reglas claras; podríamos tener colocada la producción hasta mayo del año que viene, porque antes estaba más caro el gasoil y podíamos entrar con el biodiesel argentino en países que no tienen corte obligatorio”, sostiene el dirigente.
Habiendo utilizado ese viento a favor, explica que la caída del crudo no habría afectado a la cadena de valor: “con contratos cerrados a mayo las plantas estarían comprometidas, se seguirían comprando insumos, habría mayor previsibilidad, porque se sabe que va a haber trabajo. Entonces, si cambian las condiciones la empresa tiene tiempo para seguir negociando”.
En octubre pasado el precio promedio FOB del aceite de soja crudo fue de 770 dólares la tonelada y en ese contexto se redujo la alícuota efectiva sobre la exportación de biodiésel del 14.76 por ciento al 13,18 que regía hasta el mes anterior. Sin embargo, no alcanza para encontrar nuevos nichos en zona franca, Europa, para su posterior ubicación en otras plazas.
Hasta septiembre, la actividad venía levantando, luego del derrumbe del año pasado por el cierre del mercado europeo. Crecieron 44,1 por ciento en los primeros nueve meses, frente al mismo lapso de 2013, al sumar 1.097.000 toneladas. Según un trabajo de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) en efectivo, el alza fue de 29,4 por ciento, con 922 millones de dólares. Ahora el panorama cambió y tampoco se sabe cómo será 2015.
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