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Son monitoreadas a diario por distintos organismos del Estado, entre ellos la Secretaría de Energía, la AFIP y el INTI. Se nutren de novedosos mecanismos informáticos para auditar desde la seguridad hasta los precios. Los expendedores aseguran que las exigencias les imponen mayores cargas administrativas.
Las estaciones de servicio ya no guardan secretos. Su operatoria resulta cada vez más pública y al alcance de todos gracias al férreo control que ejercen diversos organismos del Estado sobre la actividad.
Gracias a sofisticadas y modernas herramientas informáticas los hay de todo tipo: desde la seguridad hasta los precios, pasando incluso por la fiscalización de los contratos. La Secretaría de Energía, la AFIP y el INTI, son las principales dependencias que se centran en la revisión del sector, aunque de a poco más oficinas públicas se suman al monitoreo.
Para nutrirse de la información, el Gobierno impone a los expendedores cada vez mayores cargas administrativas. Lo hace a través de resoluciones, cuya finalidad es transparentar la gestión de los comercios, sin reparar en el tiempo y los costos que demanda la obligación.
La Secretaría de Energía, por caso, impone a los estacioneros el deber de remitir mensualmente -en carácter de declaración jurada- los volúmenes de venta y los valores a los que se comercializaron los combustibles durante ese período. De este modo el organismo cuenta con estadísticas certeras sobre el desarrollo del mercado y la situación que atraviesa cada boca de expendio.
Asimismo dispone de las fechas de caducidad de las auditorías de seguridad, un instrumento que permite inhibir el abastecimiento en caso de vencimiento. Se trata del “Registro de operadores autorizados”, al que deben acceder los distribuidores diariamente antes de concretar el suministro de naftas o gasoil a una estación de servicio.
Enfocados en esta premisa 2.0 de transparentar la gestión en la web, la dependencia puso a disposición recientemente un mapa georreferenciado que localiza los comercios, distribuidores y refinerías. Según precisaron referentes del área, próximamente se incorporarán nuevas referencias, como productos ofrecidos y hasta el stock con el que cuentan.
El Instituto de Tecnología Industrial (INTI) también administra una plataforma para verificar el estado en que se encuentran los surtidores inspeccionados. El relevamiento incluye la razón social del establecimiento, el domicilio, la localidad, bandera, y hasta la cantidad de mangueras.
El círculo lo completa la AFIP con la exigencia a las estaciones de servicio especificar todas las operaciones de compra y venta realizadas a lo largo del mes con un sujeto vinculado. La normativa define que hay relación económica siempre que exista un contrato de suministro con exclusividad, tal como ocurre entre las compañías petroleras y las bocas de expendio de bandera.
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