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Si bien en ninguno de los productos se está respetando el corte obligatorio que establece la normativa, consultores que siguen de cerca los movimientos de la industria advierten baja de la productividad como consecuencia de la caída de las ventas de los combustibles tradicionales.
Según un informe elaborado en base a datos de la Secretaría de Energía en junio las descargas de combustibles líquidos en las bocas de expendio retrocedieron 4.2 por ciento respecto al mismo mes del año anterior y 1.2 si se toma en cuenta el período enero-junio.
Indirectamente, la merma de los despachos al público termina afectando al biodiesel y el bioetanol, explica Claudio Molina, Director Ejecutivo y Socio Fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno: “la demanda cae en forma proporcional”.
Es que las refinerías están obligadas a mezclar un 10 por ciento de biodiesel con gasoil y 5 por ciento de bioetanol en las naftas, por lo tanto, el nivel de actividad en el rubro evoluciona en función del volumen comercializado en las bocas de expendio.
El hecho de que las destilerías obtengan ahora mayor nivel de stock a disposición hace que privilegien sus productos antes que adquirir biocombustibles. Desde el surgimiento de la actividad fueron reticentes a utilizar esta energía renovable procesada a partir del aceite de soja, incluso habiendo faltantes de abastecimiento que las obligan a embarcarse en operaciones con el exterior.
Pero claro, como todo negocio, siempre se trata de rentabilidad. Recién ahora el Gobierno desgravó el biodiesel del 41 por ciento que tributan de impuestos internos. Hasta antes de esta medida no era competitivo frente al gasoil importado, que por ley está exento y en consecuencia es más barato.
Molina pone el acento en dos factores que están motivando la disminución del consumo de combustibles: el freno del consumo y los aumentos de precios. “En algún momento se iba a notar; la economía del país está complicada, la gente no puede pagar la tarjeta a fin de mes”, señala.
Y respecto de los ajustes en los puestos de expendio, el asesor planteó: “la ley de oferta y demanda en algún momento estalla; no se puede subir indefinidamente sin que incida sobre la demanda”.
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