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Si bien no hay estudios de elasticidad consideran que los despachos en las bocas de expendio van a evolucionar en función del ritmo de la macroeconomía, los ingresos de los consumidores y del costo en surtidor. Para el Estado más que un problema alivia la salida de dólares.
Salvo la nafta súper, que todavía crece por ser la más barata de la plaza, el consumo del resto de las variedades está disminuyendo en sintonía con los vaivenes financieros que atraviesa el país. Las variedades Premium porque cuestan hasta un $1,50 por litro más que los tradicionales, el gasoil común, puntualmente, por ser de condición industrial.
Gerardo Rabinovich, directivo del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi, analiza que “en un contexto de recesión económica es probable que sigan cayendo”. El panorama no es demasiado alentador por el momento, ya que siguen en baja los principales indicadores industriales.
El especialista aclara a surtidores.com.ar que no conoce en detalle estudios de elasticidad precio-volumen respecto de este mercado tan particular, pero reconoce variables que en su opinión no quedan dudas que inciden en las posibilidades de compra: la producción de la industria automotriz, los incrementos al público y el poder adquisitivo de la sociedad en su conjunto.
Por tratarse de cuestiones ajenas evalúa que “el sector no tiene herramientas como para incentivar la venta de combustibles”. Esto genera mayor incertidumbre para las inversiones petroleras y el bienestar de los dueños de bocas de expendio, en definitiva los más afectados.
Respecto de desgravaciones de impuestos internos por parte de las autoridades Rabinovich descarta que sea una alternativa que se esté barajando, debido a las condiciones que presenta en la actualidad la matriz energética, dependiente de las compras al exterior.
“El Estado no va a tocar impuestos; el Gobierno no tiene ningún interés en aumentar el consumo de naftas; esto implicaría incrementar importaciones de combustibles, que es el problema número uno de la Argentina”, sostiene.
El experto agregó que sumando todas las adquisiciones el país gastará en 2014 – considerando el ritmo actual – 15.000 millones de dólares para traer gas natural, gasoil, fuel oíl y naftas.
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