El paro definido por el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa para el día viernes se suspendió después de que el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, convocara a una reunión al senador nacional y titular de la organización gremial, Guillermo Pereyra.

El encuentro se desarrollará en Buenos Aires el próximo martes y participarán también el CEO de YPF, Miguel Galuccio; el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini; y el presidente de la refinería Renesa de Plaza Huincul.

Pereyra, que además es secretario adjunto de la Confederación General del Trabajo, indicó que el cese de actividades fue levantado “por especial pedido” del ministro Tomada, y anticipó que el temario de la reunión girará expresamente en torno a “encontrar una solución a la inequidad impositiva y de condiciones de comercialización que sufren las pequeñas refinerías”.

El Sindicato encabezado por Pereyra hace meses que viene solicitando la intervención del gobierno nacional para revertir la situación de esas pequeñas empresas, que ante la imposibilidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas multinacionales comenzaron a concretar despidos y suspensiones de trabajadores.

El origen de la medida

El Sindicato del Petróleo y Gas privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, había confirmado un paro total el viernes en todas las actividades de la producción hidrocarburíferas de la cuenca neuquina, y la profundización de las medidas de fuerza “en caso de no revertirse en forma inmediata la situación actual”.

Se refiere a los despidos y suspensiones que comenzaron a afectar a los trabajadores de Petrolera Argentina, una de las pequeñas y medianas empresas del sector afincadas en Neuquén. La organización gremial hace meses que viene solicitando la intervención del Ministerio de Economía de la Nación en la situación de esas refinerías para llevar adelante una reforma impositiva que les permita competir en igualdad de condiciones con las empresas multinacionales.

El gremio exige “la modificación de la inequidad existente entre las grandes y las pequeñas refinerías en materia impositiva y de condiciones de comercialización, que está llevando a la quiebra de estas últimas con el consecuente e inminente despido de más de 700 trabajadores”.

Además, expresa que “mientras que hacia el mundo se está anunciando la incalculable riqueza de nuestros recursos no convencionales e internamente se discute el reparto de las ganancias, hacia adentro a nadie le importa el presente y el futuro de tantas familias”.

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