Peligran 700 puestos de trabajo
La empresa atribuye los inconvenientes a las inequidades impositivas que desestimulan el compre nacional de combustibles a manos de la importación exenta. Sin embargo la endeble complejidad de su capacidad instalada es quizás el principal motivo que la llevó a este momento de definiciones a pesar de los subsidios que recibe
El Grupo MAS Energía, conformado por Petrolera Argentina, ReNeSA, Maikop y Umber, transita serias dificultades económicas que ponen en riesgo su continuidad operativa. A pocos días de la finalización del periodo de conciliación obligatoria con el Sindicato de Petróleo y Gas Privado, la suerte de la empresa parece estar echada: todo indica que de no generarse soluciones concretas su situación será definitivamente irreversible.
Este conglomerado de empresas, que consolidó su desarrollo industrial en las localidades de Cutral Có – Plaza Huincul, edificó una refinería a partir de la cual comenzó la producción de naftas de alto octanaje de manera sostenida desde mediados de 2013. Lo hizo a través de una acción promovida por plan nacional Refinación Plus, siendo la primera en concretar una instalación de tal envergadura y operarla con éxito a partir de dicho programa. Desde 1998 no se ponía en marcha en Argentina una instalación dedicada a la producción de naftas de tamaño similar.
Si bien cuenta con una capacidad significativa de producción, aun no posee desarrollo de marca y presencia en el mercado minorista mediante estaciones de servicio, debiendo por ello comercializar necesariamente la mayoría de su producción con las petroleras de mayor porte.
No obstante y por imperio de la ley 26.895 (ley de presupuesto nacional 2014), que ha establecido un régimen de importación con exención impositiva de naftas Súper y Premium, a las compañías les resulta más conveniente esta opción desestimando el “compre nacional”.
Adicionalmente, y tal como expresaron desde el Grupo en un comunicado, sufren de otras desventajas estructurales que erosionan su rentabilidad, como ser la dependencia exclusiva de crudo de la cuenca neuquina (el más demandado y el que ha experimentado el mayor incremento de precio en los últimos tiempos), baja escala industrial, conversión del barril por el momento inferior al de la competencia y costos logísticos más elevados por su condición mediterránea.
En este contexto, Petrolera Argentina trabaja desde hace casi un año a pérdida. “Esta situación se solucionaría en un plazo acotado de contar con un trato igualitario respecto de los fondos que viene destinando el Estado Nacional para aquellos que optan importar combustibles. De reasignar una fracción de esos recursos a nuestra reconversión industrial se afianzaría la industria regional y la mano de obra local”, señalan.
Las afirmaciones de la empresa sin embargo no parecen ser las razones exclusivas que la depositaron en este momento de definiciones. La refinería procesa tan solo 1000 m3 por día de crudos livianos, lo que representa el 1 por ciento de la capacidad de refinación del país. Esta infraestructura de escasa operatividad le provoca además altos costos logísticos que según algunas estimaciones, la forma de compensar esas ineficiencias sería aumentar los precios, lo que ubicaría a sus productos en paridad con los internacionales.
Vale recordar que Petrolera Argentina se desprendió del 20 por ciento del bloque La Amarga Chica situado en el yacimiento Vaca Muerta considerado uno de los principales del mundo en reservas de shale a manos de YPF. Según el senador nacional y líder del sindicato de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, “la empresa se comió los fondos y más de 100 millones de dólares de ingresos por el plan Refino Plus”.
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