Carolina Suárez, especialista en consumo
La inflación como proceso circular entre costos de combustibles, transporte y repercusión en los artículos de la canasta básica, extendió sus consecuencias a los clientes de los surtidores que, prefieren el corto plazo, en lugar del cuidado de su vehículo
“Carnes y verduras, se cambiaron por harina, de la misma manera, la nafta premium perdió terreno ante la nafta súper”, expresó a surtidores.com.ar, la especialista en consumo, Carolina Suárez, quien con este parangón, dejó en claro que los combustibles son productos de las necesidades más cotidianas de los consumidores.
“Los alimentos y el precio en las góndolas tienen directa relación con los combustibles, especialmente con el gasoil, que se traslada al costo del flete y provoca un efecto sinfín de aumentos”, dijo Suárez.
Agregó que “automáticamente se achica el poder adquisitivo y la cantidad de dinero que el asalariado tiene destinado a cargar nafta en su automóvil, le alcanza para menos que el mes anterior, más cuando las paritarias no llegan al porcentaje de actualización que tuvieron los hidrocarburos en los últimos tres meses”.
También recordó que “somos el segundo país más caro de la región, después de Uruguay, y la incidencia de este nuevo aumento afecta al uso de los automóviles cuando las familias que tienen más de una unidad, acotan la utilización para gastar menos nafta, como es costumbre”.
En ese mismo sentido, los estacioneros consultados por surtidores.com.ar, sobre los hábitos de los clientes, coincidieron con Suárez en que “las ventas de producto premium decayeron con respecto a los productos más económicos y se nota en especial, en aquellos que tienen rodados más nuevos”.
Es por ello que los automovilistas, “están dejando de pensar a largo plazo en el cuidado de su vehículo y comenzaron a alternar mayor octanaje con menor octanaje y en otros casos más extremos, directamente dejaron la opción más cara por la nafta súper o el gasoil grado 2”, concluyó Suárez.
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