Gran carga impositiva
El especialista en Derecho Energético, Dr. Marcelo A. Saleme Murad, analizó en exclusiva para surtidores.com.ar, los alcances del próximo incremento de precios a las naftas y el gasoil. Afirma que en este contexto, “el surtidor se convierte en una sucursal de AFIP”·
Por el Dr. Marcelo A. Saleme Murad
El año que viene, según el ministro Aranguren, se tratará de que el crudo en Argentina siga el precio internacional, aunque, como es sabido, con un “piso” que reconoce en definitiva el infinito costo argentino, que permite milagrosamente que cuando el crudo de Brent o WTI sube, en Argentina también sube, pero cuando baja, en Argentina no baja. Milagros de vivir en Argentina.
Pero como decimos, el problema no es el precio del combustible puro, sino la infernal carga impositiva que registra. O sea que a pesar del cambio interminable de signos políticos, los impuestos en Argentina siempre suben, cuando no se crean nuevos. Es decir, “la caja no se toca”.
La distorsión que produce la carga fiscal del maquiavélico sistema tributario argentino es tal, que en realidad el surtidor se convierte en una sucursal de AFIP. El empresario que comercializa el combustible es, en realidad, un agente fiscal que trabaja para el Estado 24 horas al día, todos los días del año. Gratis, por supuesto. Además de asumir todos los riesgos que el manejo del dinero implica, con más la pesada carga de ser agente de percepción y retención nacional provincial y municipal, responsable sustituto, responsable solidario, etc,etc,etc.
Las menores ventas de combustibles que se observaron éste año (5 por ciento en promedio según se indica en los medios) se atribuyen públicamente a “menor actividad económica”. Pero en realidad, lo que desalienta el consumo de combustible es, principalmente, su precio. Y ese precio está compuesto en su mayor parte, por impuestos. Así que más allá de la cortina de humo que siempre se genera echándole la culpa al precio del crudo, está la insaciable voracidad fiscal del Estado Argentino que ha hecho del surtidor, su recaudador más eficaz. Se coloca al revés la ecuación: la venta baja porque baja la actividad. ¿Y si probamos alentar el crecimiento de la actividad económica disminuyendo la carga fiscal sobre el combustible y así su precio?.
El titular de una Estación de Servicio vive jaqueado por todas las autoridades fiscales habidas y por haber. Se le complica la tarea hasta el infinito. Se desalienta, en realidad, la venta de combustible; haciendo tan compleja y onerosa la actividad que sólo van quedando los “más grandes”, como se dice en la jerga. Eso, a la corta, atenta contra un eficiente abastecimiento de combustible, y, por supuesto, contra la creación de fuentes de trabajo.
A mayor abundamiento, hemos escuchado hasta el cansancio que las petroleras han dicho a los propietarios de Estaciones: “el combustible no es su negocio principal, potencien el shop”. Se ha aceptado esto casi como una verdad revelada. Craso error. En rigor de verdad, el que más gana en el negocio del combustible, es el Estado Argentino.
Pero el año que viene, además del 8 por ciento de Enero, también hemos escuchado que se va a atar el precio de las naftas al dólar. Y el tipo de cambio el año que viene –según el presupuesto Nacional- va a rondar los $18 por unidad de divisa estadounidense. Es decir, que por un simple pase de magia, se atan los impuestos al dólar. Suben los costos, suben los impuestos, sube el petróleo, sube el dólar…. Pero la rentabilidad de las Estaciones sigue en una montaña rusa.
Podemos afirmar sin hesitación que el año que viene, a éste ritmo, con el magro crecimiento económico que se prevé, la venta de combustible no va a mejorar. Y lógicamente, con el aumento de los costos, la rentabilidad de las Estaciones va a disminuir, aún con un precio de las naftas por las nubes.
Ya que tenemos la suerte de contar frente al Ministerio de Energía con un empresario experto y respetado en el área, podríamos preguntarle: “Ingeniero Aranguren, ¿para cuándo la disminución de la carga tributaria y simplificación de tributos sobre los combustibles? ¿Para cuándo el negocio del combustible va a ser beneficioso también para los propietarios de las Estaciones?”. Creo que ahora el eficiente empresario está en condiciones no sólo de contestar, sino de hacer que suceda.
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