Los precios de los combustibles aumentaron más de 75 por ciento en 2018. Fueron 14 subas sucesivas que eyectaron el litro de nafta Premium a más de 45 pesos en las principales ciudades del interior.
El mayor incremento se dio en la región patagónica, que superó ampliamente el promedio nacional, con un porcentaje de 85,8 por ciento. El segundo puesto fue para Cuyo, con una suba promedio del 77,4 interanual.
La escalada provocó un abrupto cambio en los hábitos de consumo de los automovilistas. El más notorio fue la migración hacia productos de menor calidad y en consecuencia más baratos, mientras que el segundo en importancia fue la caída del ticket promedio.
“En la ciudad la carga media es de $500 mientras que en la rutas puede llegar a $1.200”, arriesga el ex Presidente de la Cámara de Expendedores de Chaco, Miguel de Paoli. “Dependiendo de la afluencia de motos, esa cifra incluso va para abajo”, agrega.
Esta modalidad ocasiona una situación paradójica: “Ahora en las Estaciones de Servicio se trabaja más y se carga menos”, explica el empresario, “la gran mayoría de clientes consumen `la diaria´ y que por ello la afluencia de vehículos es incesante”, señala.
De Paoli afirma que este escenario también se repite en otros rubros como la venta de aceites y aditivos. Al respecto un informe elaborado por la Asociación Operadores de YPF en base a datos oficiales, precisa que durante noviembre 2018 el expendio de lubricantes retrocedió 29.3 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, totalizando una retracción interanual acumulada del 12.4 por ciento.