Según un reporte de la Secretaría de Energía de la Nación, durante el primer semestre de este año las ventas de nafta Premium cayeron un 24,4 por ciento con respecto a los primeros seis meses del 2018, mientras que el de Súper evolucionó en un crecimiento del 5,76 por ciento.
En ese mismo documento queda reflejado que el consumo de diésel Grado 3 cayó un 7,85 por ciento pero el del gasoil aumentó un 7,83 comparando el primer semestre del año del 2018 con respecto al mismo período del 2019.
¿Cómo impactan estos números en la rentabilidad de las Estaciones de Servicio? En diálogo con surtidores.com.ar, Hernán Landgrebe, Secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) sostiene que la diferencia de rentabilidad entre la venta de productos Premium con respecto a los comunes ronda el 2 por ciento.
“Hay que calcular que los estacioneros tenemos un promedio de margen de rentabilidad del 12 por ciento en nuestros productos. Por lo que es una cifra considerable a lo que hace a nuestros ingresos”, advierte el dirigente.
Y agrega: “Si a esa migración del Premium a los comunes se le suman cargos como los del 1,25 por ciento en los pagos con tarjeta de crédito, más Ingresos Brutos entre otras cosas, generan un impacto significativo en nuestra rentabilidad”.
Cabe destacar que el reporte de la Secretaría de Energía concluye que las ventas generales de combustible entre el primer semestre del 2018 con respecto al de 2019 reflejan una caída del 1,18 por ciento.
Al respecto, Landgrebe reconoce que se nota un cambio en los hábitos de consumo. “Hay mucha gente que directamente guarda el auto. Son muy pocos los que hoy llegan a la Estación de Servicio y te dicen: ‘llename el tanque’”, observa.
El Secretario de FECRA recuerda que “la demanda empezó a desplomarse en agosto del año pasado”. No obstante se muestra optimista: “Esperemos que el segundo semestre no sea tan duro y los números se mantengan de acuerdo al mismo período del año pasado”.