El primer caso de una persona infectada con COVID-19 en Argentina se confirmó el 3 de marzo. Se trató de un hombre de 43 años que había visitado Italia y que regresó al país el domingo 1 de este mes.
Los casos consecuentes y las medidas preventivas de Gobierno adoptadas están generando, naturalmente, una caída en ciertos segmentos del consumo. Tal es el caso del expendio de combustibles.
En diálogo con surtidores.com.ar, Pedro González, Vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC (CeGNC), calcula que en estos 15 días “las ventas en Capital Federal han caído por lo menos un 30 por ciento”.
“Estamos viendo una parálisis de distintos sectores que hace que la gente se traslade menos y eso impacta en la cantidad de cargas”, razona el dirigente.
González advierte que “esto va a ir empeorando de acá a fin de mes”, teniendo en cuenta que se congelaron tareas hasta el 31 de marzo y se sugirió que el sector privado haga lo mismo.
Para el dirigente sería importante que el Gobierno evalúe la adopción de medidas de rescate económico para las empresas afectadas.
“A fin de mes hay que pagar sueldos, cargas sociales, IVA, Ingresos Brutos y el problema es cómo nos vamos a hacer cargo de eso”, manifiesta.
PROTOCOLO DE SEGURIDAD
A diferencia del despacho de combustibles líquidos, donde se recomienda a los automovilistas no bajarse de sus vehículos para efectuar la carga, con el GNC es inevitable tener que hacerlo, por seguridad.
Ante esto, González explica que desde las Estaciones de Servicio están adoptando otro tipo de medidas como mantener cierta distancia con el cliente (los médicos recomiendan 1,5 metros del usuario) en la medida de ser posible, el frecuente lavado de manos por parte de los operarios y la limpieza del lugar con desinfectantes.
“Estamos tomando recaudos para contribuir a que no se propague el virus aplicando todas las medidas que estén a nuestro alcance”, asegura el Vicepresidente de CeGNC.