El poder adquisitivo de los salarios pierde terreno cada día y las Estaciones de Servicio son receptoras también de esta realidad con escasas ventas. “El comercio en general de la provincia está pasando un mal momento y nuestro rubro no escapa a la media de la economía”, relató el Presidente de la Cámara de Expendedores misionera, Faruk Jalaf.

Agregó que “nuestros cálculos redondean un 30  por ciento menos de venta, en todos los tipos de productos, porque el período en que la gente dejaba de cargar premium para pasarse a la nafta súper dejó de ser algo nuevo y a medida que sube el precio, baja el consumo del combustible más barato”.

En ese mismo sentido, se mostró pesimista sobre el futuro de la rentabilidad ante el deterioro de los indicadores oficiales porque dijo que “el automovilista carga cada vez menos y además, hoy muchos clientes que tenían un emprendimiento o eran productores y demandaban combustibles, no están activos o suspendieron sus inversiones”.

Por otra parte, si bien el fenómeno de la fuga de clientes a las expendedoras fronterizas a cargar nafta más barata disminuyó, el dirigente dijo que “la situación continúa en algunas zonas en que los camiones prefieren ahorrar dinero con el diesel en Asunción o en localidades brasileñas, porque la diferencia a valor dólar nos perjudicó”, dijo.

Valoró sin embargo, el acuerdo que desde hace años el gobierno provincial viene manteniendo con los operadores de combustibles de la región que rebaja los Ingresos Brutos y que según Faruk, “debería imitarse en las demás provincias”.

Al respecto detalló que, contrariamente a otras localidades, mientras cerraron en esta década cuatro establecimientos en Posadas, al mismo tiempo se abrieron cinco nuevos, con lo que “tenemos una más de las que había en el pasado” y lo atribuyó al régimen tributario local.

Además, el directivo misionero, se quejó por el hecho de que el gobierno volvió a insistir en la obligación por parte de los expendedores para que se hagan cargo de la manipulación de los implementos de control de combustibles.

“El Estado tiene que asumir que no somos empleados de ellos y que no vamos a exponer nuestra integridad ni la de nuestros empleados en la manipulación de elementos que deben ser responsabilidad de los funcionarios del área de control pertinente”, advirtió.