La suba del precio del barril de crudo a más de USD 100, con picos de hasta USD 140, y la escasez de gasoil en las Estaciones de Servicio, llevó a que se deban pensar medidas concretas para afrontar este inconveniente.

Incluso, días atrás surtidores.com.ar informó que la suba del corte de biodiésel del 5 al 20 por ciento fue una de las sugerencias que se le acercó al Gobierno Nacional y a diversos actores de la industria (entre ellos YPF) para reemplazar las importaciones del combustible.

Pero Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación y ex directivo de YPF, explicó que existen otras alternativas que se podrían implementar para abastecer la demanda de manera correcta y solucionar provisoriamente el problema, hasta que se equiparen los precios del mercado doméstico con los internacionales.

“Hay una presión para que las refinadoras locales produzcan un poco más de gasoil. Y si bien algunas podrán hacerlo, otras no podrán satisfacer el faltante. Por lo que, teniendo en cuenta que es inevitable importar, otra cosa que se puede hacer es quitar los impuestos a la importación para que la pérdida sea menor, aunque debe autorizarse por el gobierno”, sostuvo.

“Además, hay productores que compran combustibles en circuitos paralelos y lo pagan al mismo precio que los valores internacionales. Es decir que si no cierra por costo, sí lo hace por cantidad. Por ende, si están dispuestos a abonar ese monto, se tendría que articular con algunos traders o mayoristas para traer gasoil para el circuito que sí o sí necesita, ya que de otro modo se paraliza la actividad productiva”, agregó.

Asimismo, el exfuncionario planteó la importancia de que Argentina vuelva a tener referencias de los precios internacionales, dado que el país se ubica dentro de los cinco países de Latinoamérica, y top 50 mundial, con menor costo por litro de diésel, a menos de un dólar.

“Estos desacoples, tanto globales como locales, acarrean menos oferta doméstica y cuando hay demanda se debe importar. Y para superar estas situaciones debemos volver a una estrategia energética de largo plazo donde los sectores de capital intensivo no queden entrampados en los vaivenes de la política de corto plazo”, concluyó Montamat.