Si bien el Gobierno congeló el precio de los combustibles líquidos (naftas y gasoil) por 90 días y anunció medidas para motorizar el consumo, el contexto macroeconómico se agudiza. El dólar fluctúa alrededor de los 57 pesos, las tasas de interés están por arriba del 80 por ciento y el riesgo país supera los 2.500 puntos básicos.
En este contexto, Sebastián Jukic, ex responsable del desarrollo e implementación de la estrategia integral de marketing para la red de Estaciones de Servicio Shell en Argentina y Chile, propone dos tópicos para que los expendedores puedan aumentar sus ventas.
Por un lado, “fidelizar al cliente”. “Se trata de bridar cada vez un mejor servicio. Darles a los clientes una atención rápida y servicial”, indica Jukic, en diálogo con surtidores.com.ar.
“Esto tiene que ver con que los que atiendan tengan buena presencia, presten un buen servicio y que se trate de gente motivada”, puntualiza el especialista.
Para reflejar la importancia de la atención, el empresario indica que el cliente se suele fijar en dos características a la hora de consumir en una Estación de Servicio: cuál está más cerca y cuál atiende mejor.
Por otro lado, como segundo tópico, Jukic apunta a “vender mejor”. “Se trata de instalar el consumo de productos de mejor calidad, como los combustibles Premium”, indica. “Es hacerle entender al consumidor las ventajas que tiene utilizar mejores productos, como los ahorros en combustibles que genera la carga de Premium, el mejor mantenimiento del motor que genera utilizar mejores lubricantes o aditivos”, señala el especialista.
Para el especialista es importante este último punto porque la medida del congelamiento de precios en combustibles derivará en probables situaciones de escasez.
“La gran duda es si va a ver volumen de gasoil o no para la venta: Argentina siempre necesitó importar entre un 15 y 30 por ciento del diésel que consume porque suele haber dos momentos en el año, que son marzo-abril y octubre-noviembre, y corresponden a picos de demanda del agro”, explica Jukic.
Y razona: “Si hay que importar a un barril de petróleo a 60 dólares y tenemos un dólar que supera los 60 pesos, y luego lo tenemos que vender a un precio atado a un barril criollo, menor de 50 dólares, y un dólar de 45 pesos (por el congelamiento): ¿quién paga esa diferencia?”
“Entonces si hay restricción de volumen o caídas en las ventas, tratar de vender mejor es una clave, es decir no vender más sino lo mismo pero de mejor rentabilidad, o plazo de pago o mejor líneas de productos”, destaca finalmente Jukic.